Edgar Davids no fue el primer futbolista holandés que jugó partidos oficiales llevando puestas unas gafas. La prueba está en la foto que ilustra este post: el precursor se llama Joop van Daele, un discreto defensa neerlandés de los años 70 cuya carrera profesional transcurrió básicamente entre el Feyenoord y el Fortuna de Sittard.
La gran diferencia radica en que, mientras las gafas que lucía el pitbull Davids eran ligeras, cuidadosamente diseñadas por Nike, hechas de policarbonato y preparadas para repeler el agua y el sudor, las gafas de van Daele eran un incómodo conglomerado de pasta y grandes lentes, símbolo de una época donde las voluminosas antiparras convivían con patillas pobladas, pantalones de campana y zapatos de plataforma.
El momento de gloria de van Daele llegó el 9 de septiembre de 1970, en el partido de vuelta de la Copa Intercontinental que disputaron Feyenoord y Estudiantes de La Plata en Rotterdam. En el partido de ida jugado en Argentina el resultado fue de empate a dos. Y en el viejo estadio De Kuip, el campeón holandés conquistó el trofeo ganando por uno a cero gracias a un solitario gol del propio van Daele en la segunda parte. Al finalizar el partido, el jugador de Estudiantes Óscar Miguel Malbernat, furioso por la derrota, le arrancó las gafas a van Daele, las lanzó al suelo y las pisoteó. “Tú no deberías jugar con gafas. En Sudamérica está prohibido”, fue la excusa que esgrimió el futbolista argentino para justificar su rabiosa acción.
Joop van Daele se dedica actualmente a realizar tareas de scouting para el Feyenoord. Fotos recientes dan fe que el señor van Daele opta ahora por un modelo de gafas mucho más discreto y de moderno diseño. Pero es muy probable que recuerde con cariño aquellos enormes anteojos que portaba cuando un gol suyo hizo campeón del mundo a un modesto club del sur de Rotterdam.