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Victimismo, by Rai

Victimismo, by Rai

Algunas consideraciones sobre la teoría de que el victimismo del Madrid de hoy es como el del Barça de ayer.

Elementos comunes comparten, claro, pero para mí existen diferencias importantes que conviene resaltar.

En primer lugar, el victimismo blaugrana procedía del club y perseguía, mediante la externalización de la culpa, la justificación del fracaso ante una afición que, por hechos del pasado, ya iba predispuesta a creérselo.

El victimismo madridista, en cambio, procede de los medios más que del club, y persigue el aumento de ventas y la manipulación de la competición mediante el chantaje/presión a los árbitros más que la atribución del fracaso a un enemigo exterior (sí, también hay algo de ello, pero en el madridista de hoy uno no detecta tanto la cara de indignación por el agravio como la expresión amarga de la frustración por la superioridad indiscutible del rival; ¿cómo entender esa genuflexión patética al gran líder y ese gasto de 300 millones de euros si no como la expresión más clara de desesperación e impotencia?).

Y otro apunte. A mí también me caía mal Núñez (cuya gestión deportiva juzgo pésima), pero no lo suficiente como para invernarme la historia y pretender que él fue el padre de esa carácter victimista blaugrana. No, él fue un perfeccionador del producto, pero todo ello viene de mucho más atrás, desde el diestefanato para ser exactos. Se forja a partir de entonces ese fatalismo culé que desemboca en una forma de encarar la competición claramente derrotista. El ‘aquest any sí’ no era más que un ceremonial que daba inicio a la competición, pero en ningún caso reflejaba una confianza de hierro en el equipo. Por aquel entonces, se aceptaba la omnipotencia de la Federación o del Madrid como la de la naturaleza o la de Dios, como algo inexorable.

Pero alto ahí, porque en este sentido, tampoco me parece justo ni exacto confundir victimismo con victimización. ¿Qué mensaje le estamos enviando al madridismo, que ahora ‘confesamos’ que todos nuestros lloriqueos eran falsos y sólo una excusa de segundón? ¿Que cambiamos lo sucedido durante décadas y más décadas de nacionaldespotismo por el absurdo y falso Villarato como quien intercambia prisioneros en una guerra? Pobre homenaje les estaremos rindiendo a nuestros abuelos y padres que tuvieron que tragar con tantos y tantos escándalos.

Porque señores, que Núñez alimentara y utilizara todo aquel victimismo en beneficio propio (o al menos así me lo parece) no significa que efectivamente no sólo en los 60 y los 70 sino también en los 80 no se produjeran situaciones de agravio sencillamente espeluznantes. Recomiendo, aunque se te ponen los pelos como escarpias al leerlo, este link (http://foros.ozu.es/index.php?topic=40707.msg74717) a cierto foro cuyo primer comment expone de forma aplastante los logros del Barça durante los distintos períodos en que Plaza estuvo al frente de los árbitros. A quien le dé pereza darle al link se lo resumo fácilmente: durante los 12 años (no seguidos) en que Plaza designó a los colegiados con su inmaculado dedo, el Barça no ganó ni una sola Liga. Durante el Villarato, en cambio, nosotros hemos conseguido 9 y el Madrid, 8.

Por lo tanto, yo digo sí a hablar del Villarato. Y constantemente, además. ¿Por qué?

En primer lugar, porque si tan mal nos fue a nosotros entregarnos a la queja y a la lágrima en su momento, también ello habría de irle mal al Madrid, ¿no? Abonemos el debate. Que sea portada cada lunes.

Porque, en pleno 2010, cuestionarse la efectividad, sobre todo a medio y largo plazo, de las campañas de propaganda es de una ingenuidad muy fuera de lo común. Evidentemente que la mayoría de colegiados aguantará heroicamente la presión a la que se les somete, pero con que sólo uno ceda ante la misma y eso nos cueste 3 puntos la campaña ya habrá tenido una incidencia inmensa, quizá hasta definitiva. En este sentido, el lloro culé de hace décadas nunca consiguió (ni pretendió conseguir) absolutamente nada. Combatir el Villarato por tierra, mar, y aire, hará de contrapeso y ayudará pues a soslayar el riesgo de manipulación de la competición.

Y finalmente, porque da asco. Porque cerrar la boca ante la manipulación es incívico. Y porque toda la mierda que permitas hoy, te salpicará en la cara multiplicada por 10 el día de mañana. A ti y a tus hijos.

Se empieza construyendo la teoría, luego ésta va alimentándose a base de editoriales que se adaptan táctica y hábilmente al momento y que, en el mejor de los casos, sólo dicen verdades a medias o silencian las verdades que no interesan. Y se acaba utilizando el photoshop con aquella alegría.

En eso si son ‘los mejores del mundo’.