El mismo día en que la portada de Sport decía: “Villa, Cesc y cantera” el filial blaugrana nos brindó un paupérrimo espectáculo en su carrera sin frenos del puesto quinto hacia abajo. Pero esta derrota tiene connotaciones mucho más profundas que me gustaría comentar con más hincapié, es por eso que pasaré esta vez de puntillas en la crónica:
El partido comenzó horrible. Imprecisos, sin continuidad, los jugadores del filial parecía que se habían quedado en el vestuario. Los continuos fallos de concentración se saldaron con un 0 a 2 a los diecisiete minutos del partido, ambos goles obra de Guilllem, y para más inri, a los once minutos el defensa Armando tuvo que ser sustituido por lesión. El resto de los primeros 45 minutos se saldaron con un pobre juego blaugrana y un Sporting agazapado esperando el contraataque, que tampoco se producía porque los de Luis Enrique eran incapaces de hilvanar una sola jugada con sentido. Una único chispazo individual de Soriano que sacó un defensa menorquín con la cabeza fue todo el bagaje ofensivo del Barça Atlètic.
En la segunda parte, con la entrada de Vázquez y Sergi Roberto (este va a ser grande, os lo digo yo) pareció que el juego tenía algo más de sentido, dos balones al palo fueron el resultado de unos minutos de insistente ataque que se vieron cortados por una función de teatro que nos brindó Moso, el portero visitante, y que duró la friolera de cinco minutos. Después, poco más, una internada de Soriano cuyo pase atrás lo aprovechó Nolito para marcar un golazo, y una vez conseguido, concurso de lipotimias por parte de los jugadores menorquines, que si bien es una forma lícita para conseguir amarrar un resultado, no deja de ser desesperante para el equipo que va perdiendo. Y así ya tenemos al quinto clasificado a cuatro puntos, que vista la irregularidad mostrada en las últimas jornadas se me antojan pocos.
Las sustituciones las carga el diablo.
Significativos y mucho fueron los dos cambios realizados por Luis Enrique en la media parte, no tanto por los que entraron sino por los que salieron. Jonathan Dos Santos y Gai Assulin. En el club, históricamente, parece que no soportan demasiado bien que jugadores del filial que todavía no están afianzados en el primer equipo sean convocados para sus selecciones absolutas. Le ocurrió a Christiansen, a Gai, a Gio dos Santos y ahora a su hermano. Cuando supe de la convocatoria de este último para México me dije: “problemón al canto” y parece ser que el tiempo no ha tardado mucho en darme la razón. Tampoco debe ser fácil para el chaval saberse casi fijo para un Mundial donde podría medirse a Italia, Argentina o Brasil y verse por otro lado cada fin de semana jugando contra Mahonés, a las Alpujarras, aunque esto no debe ser excusa para la pésima primera parte que cuajó el mexicano. ¿Cual es la solución para estos casos? He de decir que no lo sé, pero lo que si está comprobado es que la que adopta el Barça una y otra vez es la equivocada. Barrunto que lo siguiente que ocurrirá con Jonathan será una sesión de grada, cabreo póstumo y negociaciones con otro club, no lo veo el año que viene en can Barça.
Precisamente, los problemas del otro sustituido, Assulin, comenzaron cuando jugó un amistoso con la absoluta de Israel con dieciséis años. Después de aquello, Guardiola lo sentó unos cuantos partidos y el chaval se ha quedado ahí estancado. Es triste, pero yo ya no le veo futuro a Gai, hace casi tres años que su juego no evoluciona ni un sólo milímetro, no se va de nadie, no desborda, no encara, no chuta… NO.
Yo no creo en Lucho-man.
¿Es necesario fichar una y otra vez jugadores de 24 años para un filial? ¿Que hace Nolito jugando una y otra vez, a pesar del golazo marcado en este partido? ¿No es el Barça Atlètic un equipo para formar a jugadores válidos para la primera plantilla? ¿Quien engañó a Luis Enrique con Elvis o a quien engañó este para que se lo ficharan?
¿En caso de ascender a segunda, el entrenador pedirá jugadores aún más veteranos para aguantar la categoría?
El tiempo nos lo dirá.
Malditofuego, Diarioyoya, Miniestadi.