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Marca la línea

Tras otra tormenta perfecta en Champions, Leo Messi sigue asombra al mundo y asustando al Madrid. Mientras al planeta fútbol lo empieza ya a tener curado de espantos al madridismo lo viene destrozando con fruición en los últimos tiempos. Con Mourinho y Etoo ubicados en el cruce de caminos a la cuarta en el Bernabeu, la comidilla del clásico del sábado no se plantea en clave liguera sinó en formato cacería. Abatir a la fiera.

Una semana después del “Navarro muérete” de Vistalegre el director de Marca propone matar a Messi sin derramar sangre. “Cómo paramos a este tío? Se preguntaban los acongojados jugadores del Real Madrid tras el hat trick más uno de Leo Messi frente al Arsenal (…) Pues como bien subrayé en mi videblog del lunes, tendrá que ser por lo civil o por lo criminal”. Sí, amigos. Así empieza Inda su alegato del juego duro, pero va más allá. Asegura que esto no es una apelación a la violencia, “sino más bien una invitación a la contundencia dentro de los límites del reglamento”.

A su denostado Pellegrini le recomienda pretéritas cacerías para desnivelar el clásico: “La táctica de Juande fue elemental. Se basó en marcar el territorio a Leo Messi en los quince primeros minutos del partido. Los defensas blancos se turnaron en las entradas para sortear una doble amarilla que les hubiera dejado con diez. Nadie podrá argumentar que hubo juego violento, porque no lo hubo. Simplemente se dedicaron a intimidar al 10 culé dentro de la ley. Y la cosa funcionó”. Cierto, por Cibeles aún deambulan despistados celebrando el 2-0 de Messi.

Pero más allá de la incitación a la agresividad entre los jugadores blancos, o a la violencia entre su millonaria audiencia, lo cierto es que los miedos de Inda están más que justificados. Messi rompió hace dos días todo tipo de nubarrones estadísticos tanto en lo individual como en lo colectivo (ni el Barça había sido capaz de derrotara a un equipo inglés en los últimos cinco partidos en el Camp Nou ni él les había marcado jamás un gol) pero es su hoja de servicios en los clásicos lo que desata los temores.

No sólo porque en el primer enfrentamiento del pasado ejercicio se sobrepuso a la cacería de Juande para ponerle a Cannavaro la peluca de Sandokán, o porque liderara con dos goles y una exhibición a la máquina perfecta en el golpe de mano a la Liga, sinó porque se maneja de vicio en todo tipo de situaciones. ¿O es que hemos olvidado ya como aguantó con otro fabuloso hattrick a un equipo en caída libre hace tres temporadas?

Pese a que hasta el Guti más pendenciero del año señalara el otro día que el peligro no se llama Messi sinó Barça, y que cualquiera de los compis de Leo la puede liar parda si se centran sólo en el argentino, los medios siguen alimentando el todos contra Messi y reducen a lo individual un juego colectivo. La mejor de las noticias para un Guardiola más confiado que nunca con las soluciones de su pizarra y el arsenal de su plantilla.

Ya es primavera es Barcelona, y con ella han regresado esas remontadas que el pasado año dejaran en nada los tantos de Toquero, Higuaín y Essien en los tres partidos que marcaron el triplete. Añádanles los de América y Estudiantes en el Mundialito y se encontraran con un ultracompetitivo conjunto que sólo ha perdido un partido de los 30 disputados.

Algunos todavía no se han dado cuenta de que debajo de la punta se encuentra el iceberg.