Ahí andábamos haciendo el pepa en Göteborg.
He puesto la ö en la primera o pero bien pudiere estar en la otra, o en la e. Si hay algún sueco en la sala que se vaya a tomar por culo y si hay alguna sueca que saque la webcam que yo saco el whisky y el nab puro.
Gracias a Dios sólo los dinosaurios recuerdan los ‘tiempos oscuros’. Estábamos ahí a una hora rara, o había mucha luz solar comparado con aquí, y esos descamisados nos meten uno, dos, y tres. Terry Venables –que para los jovencitos que vienen a adoctrinarnos debe ser un nombre como Napoleón Bonaparte o Rudolph Diesel-, mandó el banco a calentar. Banda arriba banda abajo, y desde el banquillo que les llaman. Pichi Alonso que ya se saca el peto ‘si con 3-0 abajo no me mete me la corto’. Venables sienta a Pichi y mete a otro centrocampista o defensa, no me acuerdo. Se trataba de un cambio defensivo.
Pichi no entendió nada y le dolió esa decisión. Ahora (dijo en un reportaje no-sé-dónde) lo entiende todo: mientras el banco y los jugadores andaban enloquecidos por meter un gol que nos diera chance (a resultas de lo cual encajamos un segundo y un tercero), Terry vio claro que ese era el momento para plegar velas y parapetarse. Con un 4-0 no habría chance alguna, con un 3-0 había un resquicio de esperanza. Y ante la inminencia del cuarto, optó por replegarse, salvar un mueble, y jugársela en casa. A las dos semanas un hat-trick de Alonso nos condujo a la funesta final.
Del listado de decisiones de Guardiola en Milán tan solo una me pareció acertada: la retirada de Ibrahimovic y la entrada de Abidal. Es un cambio que en su momento no supe entender pero que al despertarme el Miércoles vi claro. Guardiola y posi, que saben más de esto que cualquiera de nosotros, vieron que un 3-1 no era un escenario insondable en Barcelona, y supieron valorar con precisión que el 4-1 estaba más próximo que el 3-2.
Y el resto es historia. ¿Qué os quiero decir con esto? Pues que me irrita la gente que se hacen preguntas a sí mismos y luego las contestan. Me parece de esquizofrénico. Pulutant no voy a contestar la pregunta que me formulé a mí mismo. Y además, siempre digo lo que quiero decir, o sea que la pregunta no procede.
En definitiva: que si jugamos a lo nuestro no dudo que llegaremos a Madrid, pero si seguimos parcheando situaciones y sobre-analizando cosas no va a ser así. Maxwell no puede ni debe jugar de extremo, Sergio necesita una charlita bastante seria –que pudiere incluir solapas-, Keita necesita entender su función, e Ibra necesita un chándal cómodo para no coger frío en el banco. Ya puede meter 2 como en el Emirates o 7 el Miércoles, que ese tío no va con nuestro flight plan.
Queden con Dios, y Lenny, una con pelo.