Estamos ante una jornada histórica. Nunca he vivido nada igual y eso que he visto ganar 11 Ligas al F.C.Barcelona. De cada una de ellas guardo un recuerdo en un rincón de la memoria.
Mi primer título liguero desde que tengo uso de razón fue en el año 74, ocurrió faltando 5 jornadas para acabar el campeonato. El lugar de los hechos fue Gijón, en el estadio de El Molinón, con un resultado que no dejaba lugar a dudas, Sporting – 2 Barça – 4. La Liga de Cruyff, del “mamita, campeonamos”, del extasis barcelonista tras 14 años de sequía.
Pasaron 11 años hasta ver otra Liga. Terry Venables era el entrenador y, faltando 4 partidos para el final, conseguimos el título ganando en Valladolid por 1 gol de diferencia. Sí, fue el día del “Urruti, t’estimo” , término acuñado por Joaquim Mª Puyal tras detener nuestro cancerbero un penalty faltando pocos minutos.
Los plazos se iban acortando, para ver mi tercera Liga solo transcurrieron 6 años desde la anterior. Ya teníamos a Johan Cruyff de entrenador y, tras 2 temporadas con títulos menores ganamos con brillantez el campeonato faltando 4 jornadas. Esta vez la conquistamos sin estar nuestro equipo en la cancha y tras perder en el campo del Cádiz por 4-0, a consecuencia de la derrota del Atlético de Madrid al día siguiente.
Con este título iniciamos una racha de 4 Ligas consecutivas, las 3 últimas ganadas con gran sufrimiento – quizá por eso las disfrutamos tanto- .
Acostumbrado el culé a ganar Ligas mucho antes de finalizar los campeonatos y pensando que alguna mano negra impediría ganar un título de forma apretada, no acudió al Camp Nou con el optimismo requerido en estos casos, sino a homenajear al equipo por la primera Copa de Europa ganada y a ver un partido de futbol disfrutando de una tarde soleada. El equipo hizo los deberes de forma bastante rápida marcando Stoichkov un par de goles al Athletic Club de Bilbao. El Real Madrid vencía por 0-2 en el Heliodoro Rodríguez López y nada hacía presagiar que los chicharreros le diesen la vuelta al marcador. Los que llevábamos el aparato de radio en la oreja informamos del primer gol del Tenerife pensando que sería solo un espejismo hasta que, en un par de minutos cruciales, se realizó el milagro del 3-2. Que gran temporada, por primera vez en la historia Liga y Copa de Europa.
Quiso la diosa Fortuna volver a emparejar a Tenerife y Real Madrid en la última jornada y que el título del Barça volviese a depender de ese partido. El pesimismo culé hacía pensar que no se repetiría dos veces la misma historia – com voleu que el Madrid es deixi guanyar dos anys seguits per aquest equip?- aunque el aficionado acudió al campo por si sonaba la flauta. El Barça jugaba contra otro equipo vasco, la Real Sociedad, y ganó con un gol de Stoichkov, de forma más fácil de lo que mostraba el marcador. Esta vez los merengues perdieron con más claridad en otra tarde soleada en las Islas Canarias. Se repitió el milagro desatando la euforia barcelonista.
Como no hay dos sin tres, al cabo de un año volvimos a tener un final “made in Hitchcock” , pero con un rival diferente, el Deportivo de la Coruña. Por tercera vez consecutiva no dependíamos de nosotros mismos sino de ayudas de terceros, en este caso nuestro aliado era el Valencia. La cosa parecía que pintaba peor, los gallegos jugaban en su casa y nuestro partido empezó de forma negativa, al descanso perdíamos 1-2 con el Sevilla. Sabíamos que el Barça no fallaría, ese año hicimos un futbol espléndido. Así fue, la segunda parte fue un festival blaugrana, un vendaval comandado por Romario que pasó por encima de los hispalenses hasta endosarles un 5-2. Pero, todo estuvo a punto de torcerse al señalar el árbitro un penalty a favor del Deportivo faltando pocos minutos para el final. El encargado del lanzamiento fue Djukic, el único que se atrevió con la responsabilidad, un jugador que no era especialista en penas máximas. Eso propició que el portero González detuviese el disparo que le podía quitar la Liga al Barça. Otra explosión de júbilo que no ayudó a que el equipo ganase su segunda Copa de Europa 4 días más tarde.
Cuatro años más tarde, tras el fin del Dream Team y el año de Robson, apareció, con la ilusión de la afición culé, el holandés Louis Van Gaal, entrenador que nos dió 2 ligas consecutivas, la 97-98 y la 98-99, ambas ganadas jornadas antes de finalizar el campeonato. La primera se ganó contra el Zaragoza por 1-0 en el Camp Nou con gol de Giovanni a falta de 4 partidos y la siguiente en Mendizorroza contra el Alavés por 1-4 faltando 3 semanas. A pesar de estos títulos, el desencanto por las prontas eliminaciones de la Champions League y un juego mucho más plúmbeo de lo esperado, forzaron al año siguiente la destitución del entrenador y la caída del presidente Nuñez.
Tras el nefasto paréntesis de Joan Gaspart, volvieron las ilusionantes expectativas con la nueva directiva de Joan Laporta y el fichaje de Ronaldinho, aunque no fue hasta el segundo año de Rijkaard – con las invorporaciones de Deco y Eto’o- que se empezaron a recoger los frutos. La primera Liga del nuevo proyecto se ganó en 2005 en el campo del Levante a falta de 2 jornadas, bastó con el empate a 1 marcado por Eto’o.
La siguiente también se ganó con solvencia, nos sobraron el mismo número de jornadas e incluso un partido aplazado por la lluvia en Sevilla. También se ganó lejos de nuestro estadio, concretamente en Vigo por 0-1, también con gol de Samuel Eto’o.
Tras ganar 2 Ligas y una Champions, llegaron las 2 temporadas de la desidia y la dejadez, lo cual desembocó en una moción de censura superada por los pelos por el presidente Laporta. La elección de Guardiola como entrenador sembró de dudas a la culerada, aunque se ha demostrado que fue una de las mejores decisiones de los dirigentes blaugranas.
La Liga 08/09, como la primera de Cruyff, se ganó sin jugar, por la derrota del Real Madrid contra el Villarreal, el mismo equipo que nos había empatado en la jornada anterior en el Camp Nou privándonos de campeonar en casa.
Repasando mentalmente estos campeonatos, me doy cuenta de que jamás he visto ganar una Liga en el Camp Nou en la última jornada y sin depender de que el rival pierda puntos. Por primera vez tras muchas semanas de tensión, me importa un rábano lo que haga el Madrid, puedo enviar el transistor a tomar viento y solo fijarme en mi equipo. Nos jugamos la Liga contra un implicado en el descenso, ¿nos debe preocupar?. Nooooo. Con el debido respeto al Valladolid, somos el Barça, solo hemos perdido 2 puntos en el Camp Nou, somos el mejor equipo del campeonato en casa. Ya lo sé, de todos estos títulos que recuerdo, la mayoría los hemos ganado a domicilio pero, puestos a elegir, todos escogeríamos el escenario de este domingo, para celebrar un título tan importante, como en casa en ningún sitio.
PS: Dicen los más viejos del lugar que algo similar pasó en 1960, siendo entrenador del Barça Helenio Herrera. Barça y Real Madrid estaban empatados a puntos en la última jornada, siendo el goal-average favorable a nuestro equipo. El Barça solventó el partido goleando 5-0 al Zaragoza, poco nos importó que el Real Madrid ganase en Las Palmas por 0-1.
De este partido seguro que no se acuerda casi nadie del blog, a lo mejor el Sr. Cherinola. Un servidor de ustedes aún no había cumplido los 2 años de edad.