Con la derrota de España ante Suiza finalizó la primera jornada de la fase de grupos. Los dieciséis partidos han transmitido dos sensaciones principales:
Miedo: todos los equipos han preferido arriesgar lo mínimo y salvar un punto. Ésto ha llevado a que, al menos de momento, sea el mundial más aburrido desde Italia 90. No es una cuestión de fútbol más o menos vistoso (la final de Champions Juventus-Milan, a su manera, fue un gran partido): sencillamente, la mayoría de equipos han preferido jugar poco o nada. Éso ha llevado a que casi todas las favoritas hayan sacado al menos un punto (el ‘casi’ es por España, en efecto), pero ha provocado bostezos por doquier.
Sir Alex Ferguson dijo una vez que México 86 fue el último Mundial que realmente mereció llamarse la mejor competición del mundo, y que la Liga de Campeones había tomado el testigo. Probablemente tenía razón.
Ruido: ah, las vuvuzelas. Parte de su cultura, dicen. Una trompeta comercializada a partir de los 90. Sin comentarios. Bueno, uno: si le dan la Eurocopa a España y Portugal, ¿se podrán tirar cabras desde tercera gradería?
Uno sólo puede esperar que 1) el nivel del Mundial mejore y 2) las vuvuzelas no sobrevivan a este Mundial.