Alberto Tritourador
El Contador de Tours ya lleva tres. Cuentan otros (entre ellos 39 segundos y centenares de crónicas) que ha sido el último el que más ha costado, en el que más ha sudado, por el que más ha llorado. Permítanme que lo dude. No tras haberle ganado a Armstrong el pasado año la más intestina y sangrienta de las batallas.
En la presente edición apenas el penúltimo día, y con la pájara sobrevolando su espalda, se le ha visto sufrir de verdad. Y es que lo que finalizó ayer fue, más que un Tour, una Caravana del Amor en la que Andy y Alberto se retozaron a placer y sin rubor.
Schleck ha mejorado y amenaza con volver, cierto. Mientras, Alberto sigue contando.
Frenando Massa
Fernando gana frenando Massa. En El circo de Bernie no siempre gana el que más acelera sino el que mejor frena. Ayer fue un día de esos, pero el incidente no se dio en la entrada de una curva sino en el medio de una recta, y la maniobra no sirvió para ganar un puesto sino para perderlo.
Los que hace dos semanas pusieron el grito en el cielo por un supuesto amaño del Mundial culpan hoy al cómplice por disimular de pena. Se le vio demasiado. Massa, en catalán.
Lunático Lorenzo
En Laguna Seca Lorenzo fue el sol que más brilló, pero no el que mejor cayó. Ese fue Pedrosa, que pasó en un descuido de apretar el Mundial a dejarlo visto para sentencia.
El deportista que batió por fin en territorio americano a un veloz australiano y a un inmortal italiano es ya todo un jabato. El tipo que clavó su bandera en Laluna Seca no llega a lunático.
Corre Bou
Acaban los Sanfermines en Pamplona y corre Bou en Italia. Corre tanto que se lleva la carrera y su cuarto Mundial consecutivo, no sin bajar del autobús pero sí sin poner casi un pie a tierra.
Gómez moja y Mario mola
Gómez Noya vence en Londres su segundo triatlon en siete días. El jovencísimo mallorquín Mario Mola (19 años) sorprende a todos y finaliza quinto, por debajo de la mediana.