Cuando Jan Laporta puso a Guardiola al mando del primer equipo del Barça, lo primero que hizo Pep, por el bien de la gestión del vestuario, fue descartar a 3 jugadores, Ronaldinho, Deco y Eto’o. La eliminación de los 2 primeros nadie la discutió, era una medida terapéutica necesaria. La baja de Eto’o no fue posible y el entrenador y el camerunés convivieron a la perfección durante una temporada ( y, si no fue así, ambos lo disimularon muy bien) por el bien del equipo.
Finalizada la temporada del triplete, Pep Guardiola insistió en darle la baja a uno de los mejores goleadores que ha tenido el Barça a lo largo de su historia. Lo justificó por una cuestión de “feeling”, no con el jugador al que siempre defendió de puertas afuera, sino como una percepción de futuro, una necesidad de cambiar alguna pieza para que el rendimiento global del equipo no se resintiese lo más mínimo.
El poco lujo de detalles en la explicación por parte del entrenador y el excesivo uso de la palabra “feeling” por todo el entorno han dado pie a todo tipo de especulaciones sobre los motivos para prescindir del camerunés.
Todos sabemos como se gestionó la salida de Eto’o, efectuando una operación de difícil justificación económica pero, a priori, ilusionante deportivamente, no por la marcha de Samuel sino por la venida de un gran delantero a nivel mundial.
Pasado un año, Ibrahimovic ha explotado, no futbolísticamente sino como una bomba de relojería. Lo que parecía una campaña de intoxicación contra el sueco por parte de cierta prensa, finalmente se ha demostrado como cierto. Zlatan tenía problemas de vestuario, no sabemos cuales, según su representante el único problema tenía nombre y apellidos, Josep Guardiola y Sala.
Una vez solucionado el tema de la única forma posible, con la marcha del jugador, espero con impaciencia explicaciones por parte del Club.
Estoy de acuerdo en que Pep está actuando como un señor, como siempre, que los títulos y el juego que muestra el equipo le dan patente de corso para tomar decisiones no siempre bien entendidas y que, la calma del vestuario es importantísima para seguir luchando por todos los títulos. Pero, en una decisión que supone una gran pérdida económica para el Club pienso que es necesaria la transparencia prometida hacia el socio y aficionado. También es necesaria la defensa de la institución y del máximo responsable del primer equipo de futbol ante los ataques de mercenarios del deporte como el Sr Raiola y uno de sus representados.
No pido todos los detalles del caso, ni mucho menos, sino una explicación coherente y razonada de los motivos de la ruptura.