La misma semana que Bojan Kirkc se ha decidido a pasar la prueba del 9 Dani Pedrosa ha enlazado dos victorias por vez primera vez en MotoGP. Precoces, pequeños, blanquitos y catalanes. Bojan y Pedrosa tienen muchas cosas en común. Bastantes más que las que inician el post. Veamos.
Ambos reinaron con suficiencia en las categorías inferiores y tuvieron similares, dilatados y dolorosos procesos de aprendizaje a la gran cilindrada.
Muchos fueron, han sido y todavía son los factores que impidieron que la velocidad de crucero que llevaban casi desde la cuna colmase las expectativas en convivencia con los mayores. El liviano físico, la feroz competencia y la excesiva sobreprotección probablemente sean los que mejor explican la tardanza en la definitiva eclosión.
De un tiempo a esta parte ambos parecen decididos a cambiar su suerte en la máxima exigencia. Pedrosa con poles y victorias, Krkic con desmarques y dorsales. Coincidiendo con el mejor momento de Dani en el Mundial de MotoGP, tras su incontestable victoria de Indianápolis y la dolorosa de San Marino, su alter ego futbolero ha dado un paso al frente reclamando para sí el dorsal del gol.
Esto es, el glorioso 9 de Eto’o, de Kluivert, de Ronaldo, de Quini, de Krankl, de Cruyff, de César, de Alcántara y de Samitier, pero también el fallido de Kodro o Ibra, fenomenales delanteros que llegaron precedidos de gran fama y mejores referencias y que, sin embargo, no pudieron golear como se esperaba a la presión del Camp Nou.
En esas estará Bojan este año. Alejando los miedos precedentes y buscando su camino a la historia. Como Dani. Ambos sufrieron por los razonables y aparentes parecidos con sus predecesores (Crivillé/Messi), han visto como su mayor amenaza (Rossi/Eto’o) se lo ponía fácil alejándose hacia Italia, como desde casa les adelantaban por la derecha (Lorenzo/Pedro) y como, más recientemente, les llegaba nueva y cualificada competencia (Stoner/Villa).
Nada de eso les ha hundido y parece que ahora sí van a por todas. A ver como pasan la próxima curva.