Y es que es ver para creer el inicio de temporada que nos está brindando el señor Nolito, que de seguir así, acabará llamándose Nolo y percutiendo por la banda izquierda del Camp Nou.
Llegaba al Miniestadi el Numancia del bueno de Unzué y pronto se encontró con las arremetidas de los azulgrana que, a los trece minutos, consiguió el tanto del extremo de Sanlúcar de Barrameda, recogiendo un desplazamiento largo de Bartra, encarando a un defensa numantino y colando el balón por el palo corto de Lafuente. Una vez con el tanto en el marcador asistimos a lo que nos tiene acostumbrados el filial en esta campaña, se desenchufa y comienza a tener dificultades para controlar el juego, algo lógico por otra parte, ya que es lo suele ocurrir con equipos de plantillas tan jóvenes. El Numancia asustaba con contragolpes peligrosos protagonizados por Ibrahima y comenzaban a sucederse las ocasiones de gol, en los minutos quince, dieciséis y veinte. Con un Dos Santos desaparecido, fue Nolito el que aguantó el equipo en esos compases inciertos.
Tras el descanso, el Barça B volvió por sus fueros y supo cercar la portería contraria, pero sin puntería, pero en los últimos compases volvió a tener una pájara. Se le anuló un gol al Numancia y Ruben Miño paró un remate que ya se cantaba gol a cuatro minutos del final.
Pero el marcador no volvió a moverse hasta acabarse la contienda. Cuatro triunfos en cinco partidos, doce puntos y sólo el borrón horrible de la manita del Cartagena. Inicio espectacular del Barça B, algo que muy pocos creían que sucedería y que es magnífico para el aprendizaje de los jóvenes. Es imprescindible en su formación el acostumbrarse a ganar y ver la derrota como algo que ni puede, ni debe suceder.