Fuentes muy cercanas a Cesc aseguran que la voluntad del jugador no ha cambiado un ápice desde el día que en una promo en Port Aventura apareciese el niño culé en vez del joven gunner y anunciara su voluntad de volver a casa para, de una vez por todas, ganar títulos de azulgrana.
Con la morbosa eliminatoria de octavos de Champions en el horizonte los medios de aquí y de allá han iniciado el interesado bombardeo. Asegura Marca que la oferta del Madrid supera en 15M la del Barça y replica Sport advirtiendo que Cesc busca casa en Barcelona, aunque no dice nada de si matriculará en un colegio bilingüe de la zona alta barcelonesa a los hijos que no tiene. Esas fabulaciones tienen tanto de verídicas como de condicionantes.
Cesc sabe lo que quiere, como lo saben sus íntimos amigos en el vestuario culé, pero antes de decirles a Dein y a Wenger que no hablen con nadie que no venga directamente de Arístides Mallol necesita tener una breve conversación con Pep Guardiola. Él, y sólo él, tiene la llave de la llegada de Cesc este verano por un precio ligeramente más alto del que querría pagar Sandro y bastante más bajo del que pretendía cobrar Wenger.
Por suerte para Barça y jugador los deseos de Cesc coinciden con las necesidades de Guardiola, que pretende contar con un trece titular para el próximo año en vistas que el traje que se ha hecho para el presente es tan ajustado que, mientras provoca admiración a su paso, crece el riesgo de rotura. Pep está decidido a ampliar en un par de efectivos su equipo titular consciente de que las cero lesiones de cierta relevancia entre los elegidos para los grandes partidos dificilmente se repetirá.
Mascherano, Affellay y Keita son casi titulares, pero ese casi marca mucho. Tanto, que convierte en notable a un equipo superlativo cuando se juntan en el pasto y dan descanso a los violinistas, lo que no siempre es suficiente ante la extraordinaria exigencia que entre Pep y el Madrid le están poniendo al equipo. De ahí la decisión de ampliar la nómina de primeras espadas.
Me apuntaba esta mañana un twittero como una torre que Pep es dogmático en los principios y flexible en la pizarra. Esa flexibilidad, sumada al inalcanzable talento y versatilidad de sus jugadores, permite la mejor versión de su equipo en todo tipo de partidos sin dejar jamás de ser fiel a su gran aliado en este reinado sin fin: el balón.
Y aviso a navegantes culés que en los próximos días aparecerá en sus portadas amigas el nombre de otro crack que comparte con Cesc la mirada rendida de Pep. Un fabuloso jugador a punto de entrar en el momento cumbre de su carrera, fichaje del cual se planteará bajo las mismas premisas que el de Arenys: entrar a formar parte del trece titular.
Pese a que en este caso no existen tantas razones emocionales que lubriquen el trasvase hay cierto -aunque moderado- optimismo en el club sobre las reales opciones de acometer -o cuando menos intentar- un fichaje estratégico que en las filas enemigas haría pupita. O, como diría Sergio Ramos en andaluz, un buen agüero.
No, no insistan. No me van a arrancar su nombre.