Sandro Rosell accedió a la presidencia del FC Barcelona en el mejor momento deportivo en la historia de la entidad barriendo en las urnas a sus rivales más o menos continuistas al conseguir el 61’3% de los votos emitidos. Catorce mil votos más que todos sus contrincantes juntos dejaban pocas dudas del respaldo popular con que llegaba el candidato mejor tratado por la opinión publicada.
El socio votó en masa a quien la sociedad civil catalana ya había escogido previamente como el hombre de paja que garantizara el seny culé necesario para enderezar los asuntos institucionales y situarlos a un nivel más o menos cercano al del equipo. No tardaría mucho la Caixa en darse cuenta de que el hombre de paja no tenía un pelo de tonto, de que le acababan de dar un furgón blindado al Dioni. Siempre con Brasil en el horizonte.
El libro de ruta de Rosell resultó ya desde el principio diáfano para todos: hacer lo contrario a Laporta. Creíamos algunos observadores que eso sería sólo en los inicios, que no pasaría de desquite inicial, pero a la vista está que nos equivocamos. Apartarse del camino de su predecesor parece ser el único camino que ha encontrado Sandro…para llegar al mismo destino.
Si la directiva anterior pagaba por los derechos de los niños (UNICEF) la actual cobra de unos niños sin derechos (Qatar Foundation), del bufete libre de Laporta&Arbós en Kazajistan se ha pasado al blanqueo de Alianto en Brasil, a los violentos expulsados de la Grada se les ha animado a volver, si Jan acababa legislatura enzarzándose con el presidente de Extremadura Sandro la iniciaba promocionando el pà amb tomàquet con jamón extremeño, uno disparaba a todo lo que se movía y el otro dormía en casa y con su mujer. O eso dice él.
Lo que fuese con tal de marcar distancia, de atarse mejor el nudo de la corbata, de aparentar pulcritud y aseo. Fuera excesos, poco Moët, nada de Luz de Gas, mucho de aromas de Montserrat. Todo con el inicial beneplácito de los Nin, Brufau, Alemany y compañía, que hasta hace poco recibían buenos informes de Vilarrubí. Qué pasó, pues, para que los de los hilos hayan empezado a desconfiar de la marioneta?
Pues que van reuniendo demasiadas evidencias que apuntan a la lapidaria frase de Guardiola en momento crítico: “Jan y Sandro? Dos caras de la misma moneda. Se parecen más de lo que ellos creen”. Esa sentencia desenmascaró la realidad que se estaba tapando en can Barça, al tiempo que desataba la latente guerra fría Sandro-Pep (“Quien te envía contra mi no te está asesorando bien. Los buenos resultados no durarán eternamente”). Si el nuevo escenario no gusta en la entidad bancaria de la Diagonal imaginen en la de Sabadell.
Pero la cosa ni acaba ni empieza aquí. A finales de septiembre kantinuSports ya les informó de las divergencias que empezaban a esbozarse en la junta directiva de Sandro Rosell y, lo más importante, en unos aledaños de alta alcúrnia. Dos meses -y un par de escándalos brasileños- después la fractura es ya un hecho, y el despiadado ataque que ha sufrido Carles Vilarubí por parte del Pelíkano, el ave propagandístico de Sandro, así lo certifica.
Cierto que Urdangarín tiene su camiseta retirada en el Palau Blaugrana pero no parece que relacionar ahora el nombre del vicepresidente de relaciones institucionales con el de un más que probable imputado por apropiación ilícita de fondos públicos (y con el de un groupie cruyffista confeso como Masfurroll, de paso) sea producto de la casualidad o venga con el elogio como pretexto.
Tampoco que se diga del influyente Vilarrubí que “por su instinto de mirar más hacia arriba que hacia abajo ya ha protagonizado algún conflicto y debate interno en la junta, acusado por algunos compañeros de pensar y actuar en clave personal y no en clave institucional en determinadas ocasiones”. Debate interno. Se dan cuenta?Alguien así no puede traer nada bueno a Rosell Foundation.
El halo de invulnerabilidad que rodea al presidente puede acabar jugándole una mala pasada sin necesidad de que el equipo empiece a perder. Su predecesor le podría dar un clínic en eso. Uno puede entender cierta estrategia empresarial en la externalización de una BarçaTV que cogió altura con Laporta pero que también se puso a tiro de crisis por la manga ancha en el derroche, pero de ahí a aceptar el público choteo del presidente a la plantilla de los trabajadores media un abismo. Uno más.
Tampoco ha estado especialmente afortunado levantando la liebre de la Liga de 16, pues pese a estar en eso de acuerdo con Florentino sólo él sale en la foto con la escopeta de caza. A los de los hilos les da igual que Sandro quite el jamón extremeño de su dieta pero no que los extremeños boicoteen el pà amb tomàquet. Y no sólo a los de los hilos.
Al de los hitos, Guardiola, no le hará ninguna gracia ser recibido como antaño en los campos susceptibles de jugar para ser el equipo 16. Esos campos, en los que antes les tiraban mecheros y ahora menchones, los que han cambiado escupitajos por aplausos e improperios por claveles, no se rebelaban por los mítines de Laporta pero probablemente vayan a hacerlo ahora por la afrenta directa de Rosell. La diferencia entre caer en gracia y… caer. Sin gracia.
Probablemente ya en la precampaña los tiriteros veían en el títere a un primo. Lo que no podían sospechar es que sería de riesgo.
Las YOYAnotas del Milan-Barça