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Regreso al lugar del crimen

Dicen que el asesino siempre vuelve al lugar del crimen. Quizás por vanidad o por miedo a que quede alguna prueba que le incrimine, pero siempre vuelve.

El Barça tras poco más de un mes desde que le diera un buen repaso al Madrid, regresa al Bernabéu , con la sensación de, una vez más, tener que rematar la faena. Porque el clásico del 10 de diciembre, pese al inmediato maquillaje post mortem efectuado por unos amortajadores fantásticos,  ya ha dejado víctimas en el madridismo, más de las que ellos mismos reconocen, como suele pasar en los regímenes totalitarios.

La primera víctima fue el “equipo de la alegría”, sí, ese equipo que ganaba por goleada en todos los campos de Ejpaña y que volvió a tentar a Mourinho para caer una vez más en la trampa que le tenía preparada Pep. Porque el portugués no supo dominar la euforia prefabricada del nacionalmadridismo y cayó una vez más en el error de colocar a un doble pivote  con Alonso y Lass con Özil por delante frente a los cinco centrocampistas peloteros que dispuso Pep, lo cual le llevó irremediablemente a la ruina. Hoy nadie duda que sacará a tres mediocentros defensivos.

La segunda víctima fue la sed de venganza. No contentos con intentar ganar, aunque sea por 1-0, el madridismo más casposo y roncerizante quería vengar el 5-0, y el 2-6 y, si era posible, la eliminación de Champions. Todo en un partido, un verdadero euromillón, haciendo creer a sus fanáticos aficionados que cada vez estaban más cerca del juego azulgrana que dicen no agradarles y que, tras la “exhibición” de la Supercopa y, a base de sprints, estaban en disposición de jugar de igual a igual al Barça. Hoy esa idea ha sido enterrada bajo una espesa capa de triangulaciones entre Xavi-Iniesta-Messi y todos, incluso Floper, se conformarían con no perder esta noche.

La tercera, y última víctima de aquel 10-D, hasta el momento, fue el “cambio de siclo“. Eran tantas las ganas de superar al Barça por la prensa cavernaria que se permitieron el lujo de enterrarlo antes de estar muerto y el exceso de confianza colectivo fue letal. A partir de ahí surgieron culpables, muchos culparon a Ronaldo, otros a Mourinho, pero hasta ahora nadie ha culpado al mayor responsable, su megalómano presidente. Hoy se conforman con al menos no dar mala imagen.

Creo sinceramente que esta eliminatoria de cuartos de Copa llega en un momento oportuno porque lo hace con un Madrid fuera de forma, con muchas dudas y después de haber jugado horriblemente contra Málaga y Mallorca, pero todavía líder. Cierto es que al Barça los partidos contra Español y Betis le han costado dos puntos y que el Madrid los ha podido salvar, pero también es cierto es que todo el mundo ha visto lo que ha pasado en esos partidos y que no tengo ganas de comentar más. El Madrid de las primeras partes contra Málaga y Mallorca, e incluso en algunos momentos contra el Granada fue preocupante y ramplón, únicamente el miedo a ganar de sus rivales, y lo que todos sabemos, impidió que les costara puntos o la eliminatoria. El liderazgo ya no es tan sólido.

El Barça sigue jugando igual, aunque Messi anda algo despistado a la vuelta de las vacaciones navideñas y por alguna cosita más, nada que no se pueda recuperar con algo de motivación. Por otra parte ha surgido la figura de Alexis en el momento que más se le necesitaba, y si le respetan las lesiones, le tiene que dar nuevos e importantes matices al ataque blaugrana.

Hoy el equipo de Pep regresa al lugar del crimen y debe ser ambicioso e intentar, sobre todo, eliminar un título de la agenda merengue, un título al que su presidente tildó como la mejor Final de la Historia (?) demostrando , una vez más, su ignorancia futbolística y una falta de respeto a todos los anteriores campeones. Mourinho, por su parte, se ha puesto la venda antes de que le salga la vergonzante herida, pero, a ser posible, el Barça debe salir ambicioso esta noche pues hoy puede dejar knock out a su contrincante y no solo en la Copa. Solo tiene que proponérselo.