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Inmunizados

Dicen que no hay animal más peligroso que el animal herido de muerte. Y no me refiero al Real Madrid sino a Mourinho. El portugués fue contratado por Floper hace dos años con un único objetivo: destronar de su corona al Barça, ya sea por lo criminal o por genocidio, daban igual los métodos pues se conocía perfectamente a quien se estaba contratando. Por ello, para Mourinho, el estar por delante en Liga o ganar todos los partidos de la Champions hasta el momento son simples migajas, los huele, los mordisquea pero se aleja porque se trata de un animal que solo se alimenta de Barça.

Hoy por tanto hay que temer muy seriamente la respuesta que darán en el campo ciertos jugadores adiestrados específicamente para el servicio del Mal, jugadores que no conocen otra religión que la de su jefe. Presiento que el Madrid va a salir a por la eliminatoria pero, si llegado un punto del partido, ésta se convierte en un imposible, no tengo claro cuál es la misión que pueden llegar a tener algunos jugadores del equipo blanco.

Los jugadores del Barça deberían tomar el partido de hoy como una oportunidad, una gran oportunidad de rematar a su enemigo, pues, a estas alturas nadie duda de que así hay que calificar a Mourinho, una persona que ha infusionado todo el odio del madridismo y lo ha potenciado con sus métodos paramilitares y desplantes chulescos, un odio que en ocasiones parece haber mutado en paranoia. Porque a veces, toda la argumentación que parecía socarrona e irónica en el Chelsea o Inter, en el Madrid se convierte en obsesiva, los árbitros, los horarios, las simulaciones y al final hasta las interpretaciones de los silbidos deben traducirse al idioma Mourinho.

Si los jugadores azulgranas consiguen redondear un buen partido en el Camp Nou, cosa que ha sido habitual este año, y ganan bien al Madrid todos los argumentos que pueda sacar el incansable entorno de Floper van a ser insuficientes para calmar a la grada del Bernabéu, una grada que ya dictó Sentencia el pasado domingo y que está harta de perder contra el Barça. Porque no nos engañemos, la grada no juzga a la persona de su entrenador ni las tropelías de sus jugadores, la grada juzga la constante humillación que supone que un equipo, El Equipo, les haya ganado de todas las formas posibles.

Dije antes de que se jugara el partido de ida que al Barça de Guardiola los clásicos le sientan bien porque en el campo no hay artificios, no hay un contertulio que pueda maquillar ni manipular los hechos, ni una televisión que quite frames de las imágenes, en el campo triunfa el fútbol sobre todas las cosas, y en ese tema los buenos tienen siempre las de ganar. Además disponen de una cualidad inigualable que han ido puliendo con los años, y es que el exceso de tensión ya no les perjudica, juegan los partidos de máxima rivalidad e importancia con una calma y concentración admirables y sobre todo sin ningún miedo, ni a las patadas ni a las bravuconadas, ya nada les afecta. Están inmunizados.

P.D. ¡Enhorabuena Mirandés!