Introducción
En Stuttgart, (Baden-Württemberg, Alemania) tiene sede una Peña Oficial del Real Madrid. Allí se junta desde hace años la colonia española emigrante para comer “a la española” y ver los partidos de liga y Champions. Si bien y por lógica, hay predominancia madridista, cualquiera que vaya con buena predisposición para ver el fútbol es bienvenido. Un gran plasma de pantalla plana preside un salón contiguo a la barra del bar y frente a ella, se infiltra en esa amalgama de gente, un grupo de culés masones autoconocidos como “PAM” (Peña Antimadridista).
Stuttgart, Martes 08.03.2005
La primera Mourranada: Chelsea 4 FC Barcelona 2
(http://www.youtube.com/watch?v=ik8EBqd_bxU)
20:47, llego a la “Peña Real Madrid” que hoy parece “Les Corts” con cierto retraso. Más de 3/4 de entrada para este apasionante partido de vuelta de los octavos de final de la Champions League.
Encuentro acomodo en la fila 7 junto a otro culé. Mis auténticos compañeros de suplicio aún no han llegado y el partido ya ha comenzado. El Barça sale tocando, un poco confiado, tanto que, en el primer balón que le roban con peligro se monta una contra y llega el primero del Chelsea. Hay un grupo de “hooligans”, no ingleses precisamente, sino con cierto tufillo merengue que celebran alborozados este primer gol. “Mejor que nos marquen ahora que no quedando 15 minutos”. Palabras proféticas las mías en ese momento. El Barça, ligeramente groggy con el gol, se queda con una empanada mental de las que hacen época: llega el segundo gol, un tiro, ligeramente desviado por un defensa, descoloca a Valdés quien, haciendo el saltimbanqui, ya se ha tirado para el otro lado, llega a desviar pero la defensa, pasiva, ve como Lampard remacha a puerta vacía. 2-0 y los “hooligans” aún más exaltados. Oleguer y Van Bronkchorst están siendo un auténtico coladero. Nos están meando. Tanto, tanto, que me dan ganas de ir al baño. En mi corto periplo visitando al señor Roca cae el tercero. El desánimo se apodera de la numerosa hinchada barcelonista. El culé que tengo a mi izquierda barrunta que sólo son 2 goles y que será la noche de Ronaldinho.
En ese momento asoma la cabezota de Mikel por la puerta, con el que mantengo un diálogo a distancia muy explicativo. Levanto mis dedos índice, corazón y anular de la mano derecha y el puño cerrado en la izquierda. Cara de incredulidad de Mikelón, pero asiento con la cabeza, aprieto los labios y se confirma la tragedia. Es fácil imaginar este diálogo tan expresivo. Aún queda sitio libre en la fila 7, donde lo acomodamos. Ahora el Barça parece que se espabila un poco. Minutos después llega el “talismán” Marcos, que si el sábado llegó justo en el gol valencianista de Aimar, en este momento entra cuando Ronaldinho se dispone a tirar un penalty muy bien visto por Collina. El portero Ceh es muy largo y muy bueno y su estirada provoca más de un susto pero el balón descansa en las mallas. 3-1 y empezamos a soñar. Tras el gol, acomodamos a Marcos también en la fila 7, que ya no da más de sí.
La hinchada barcelonista se empieza a animar y 5 minutos después llega el golazo de la noche: Ronaldinho se planta en la frontal, amaga con el cuerpo dos veces, Carvalho le aguanta bien pero lo que no espera es el “punterón” de fútbol-sala que se saca el crack de la manga. Ajustado al palo mientras Ceh le dedica una grandiosa estatua. ¡¡¡¡¡Goooooooooooooooolll!!!!!!!!!!!. “Mourinho, queremos ver la cara de Mourinho, hijo de puta” se escucha entre los alaridos. El pequeño reducto de “hooligans merengones” ha quedado completamente silenciado. El Barça tiene el partido absolutamente dominado, aunque cada ataque del Chelsea es un peligro, principalmente por la inseguridad de Oleguer y los nervios de Valdés. Un tiro al palo de Joe Cole precede a una gran oportunidad de Eto’o que tira por encima del larguero. Que partidazo estamos viendo, unos primeros 45 minutos de auténtico fútbol. Sigue llegando gente y ya rozamos el lleno.
Llegamos al descanso donde la gente se refresca del calor del partido: cervezas y platos de calamares a tutiplén. Un grupo de polacos (de Polonia, no del Barça) y alemanes, además de quitar el sitio a los barcelonistas de bien, degustan un chuletón que provoca envidia. “¡Iros a vuestra puta casa, coño! Aquí se viene a sufrir!” El último barcelonista, Joan, no aparece, será que ve venir la tragedia….
Comienza la segunda parte, no apta para cardiacos. Para aumentar la ya de por sí alta adrenalina del personal, se nos sienta una “culé” delante. El término “culé”, para los menos informados, viene de cuando en el viejo campo de “Les Corts” la gente se sentaba en la ultima fila de la tapia y desde fuera se veía una fila de culos. Rememorando este hecho, la “culé” que se nos sienta delante, tal vez poseída por el espiritu de “Les Corts” decide enseñarnos parte de su “culé”. Si ya estamos alterados con el partido, la fila 7 es ahora un hervidero.
El Barça pone el “tempo” del partido y se lanza a matarlo. Clarísimas oportunidades, como el remate de cabeza de Puyol, que el portero checo desbarata. Jugada polémica de Carvalho sobre Eto’o, (quien dicen que llamó “negro de mierda” a Makelele), pero es imposible que te piten 2 penaltys fuera de casa, aunque el que arbitre sea Collina y más si la jugada es tan dudosa como ésta. Mientras, el Chelsea lleva bastante peligro en las contras y en las jugadas a balón parado.
El Barça no acaba de cerrar el partido, el nerviosismo se palpa en el ambiente y ya veo el titular de mañana, “Derrota heroica”. Mis pensamientos, de nuevo proféticos, no tardan demasiado en hacerse realidad. Clarísima oportunidad de Iniesta, tras jugada personal y tiro al palo y posterior remate a las nubes de Eto’o, casi a puerta vacía. Y en la jugada siguiente, lo que nos temiamos. Corner y remate del central Terry completamente sólo desde el punto de penalty. El linier marca falta sobre Valdés pero Collina concede el gol. Realmente es falta, pero no hay excusas que valgan. Ni falta ni nada, Valdés ha hecho el mono, ningún defensa te puede agarrar así en tu área pequeña, en ese caso le empujas tu más y es imposible que piten penalty. Lo sabe cualquier portero, menos él, que en cuanto le tocan ya está con los brazos en alto como si le estuvieran violando. Este chaval no sabe salir por alto, no domina el área, no pasa de saltimbanqui.
El cuadro blaugrana, hoy de gris, como el panorama a estas altura del partido, acusa mucho el golpe y los últimos 15 minutos son un quiero y no puedo. Ni Maxi Lopez ni Giuly aportan una mísera jugada de peligro. Sólo al final, una falta lanzada por Deco nos saca el último “¡uy!” del pecho. No va a poder ser, el Barça se despide de Europa, este equipo aún no está maduro para grandes éxitos. No se gana la Copa de Europa sin un portero maduro, ni regalando 20 minutos como se hizo en la primera parte.
El puto Mourinho se salió con la suya, hoy no ganó el fútbol, pero a este portugués (“¡que hijo puta es!”) no debemos echarle en cara su chulería y sus malos modos. Hay que comprender que, ahora que la vida le sonríe, puede comenzar a superar ese trauma de cuando estaba en un vestuario de Barcelona donde Amunike le ponía mirando a la Meca un día sí y otro también. Y es que 30 centímetros, son muchos centímetros….
PD: Esto sólo puede arreglarlo el Madrid ¡¡Forza Juve!!