El Barça es un equipo transparente. Todo lo que tiene te lo enseña desde inicio.No tiene trastienda ni ropa rebajada de otras temporadas. El Barça siempre es lo que ves. Y ahora lo que se ve es un equipo que ha recuperado el tono, que agradece mucho mantener su trío mágico de centrocampistas y que exhibe a Messi como Patrimonio inmaterial de la Humanidad futbolística. El Barça no sabe especular, sabe dominar, el Barça no le gusta aprovechar errores ajenos, no te mata a la contra, te mata con lo que tiene desde el principio, a base de repetirlo, hasta que les sale bien. Por eso, porque el Barça no sabe ocultar nada, los rivales saben que Piqué es, en la actualidad, su talón de Aquiles, y lo buscan y lo desesperan porque saben que Gerard no rehuye nunca el enfrentamiento, no le gusta buscar excusas y a veces también lo paga el equipo.
Ayer el Barça salió muy bien al Sánchez Pizjuán, ante un Sevilla que no sabe muy bien lo que es ni a lo que juega, los centrocampistas sevillistas durante la primera media hora de partido siguieron con la mirada a los barcelonistas, de tal modo que en el minuto 25 de la primera parte ya estaba resuelto el partido.El primer gol, de falta directa sacada magistralmente por Xavi, fue consecuencia de una falta hecha a un incisivo Adriano que hizo un buen partido ante su ex equipo y el segundo, una vez más una obra de arte de Messi que parece no cansarse de asombrar a sus propios compañeros. El que no haya visto el gol que corra a Youtube a buscarlo, pues, tras una jugada en la que encuentra un pasillo para meterse dentro del área, se deshace de Spahic con un maravilloso caño y pica a Palop que se quedó con el molde.
Pese al gol, Palop fue el mejor del Sevilla con diferencia pues estuvo inmenso parando manos a manos con Pedro, con Messi, con Cesc y estorbó lo suficiente a Iniesta para que, ya en la segunda parte,no pudiera resolver otra vez solo ante el portero valenciano y picara fuera casi rozando el palo derecho. El Barça no tiene contundencia en las áreas, gana porque es mucho mejor y cuando se iguala el partido porque surge el cansancio o porque el contrario se envalentona, no sabe resolver a la contra y eso probablemente le cueste esta Liga. El Barça tuvo ayer ocasiones claras para ganar 0-4 o 0-5 pero también hubo momentos en los que el Sevilla pudo acortar distancias, sobre todo en una jugada en la que Piqué estuvo poco fino (y van…) y solo la mala suerte impidió que Manu del Moral marcara.
En la segunda parte los sevillistas descubrieron a González González, el árbitro del encuentro y su absoluta predisposición a la permisividad ante el juego violento. Así Spahic, Medel y compañía comenzaron a entrar con todo a Xavi e Iniesta que comenzaron a “perder” balones y también a Cesc, que como ya ha ocurrido en otros encuentros, terminó descentrándose. Quizás, si el Sevilla hubiera descubierto el filón arbitral, el resultado hubiera sido otro. Parece que Míchel recibió la llamada en el descanso…Es de agradecer también que no se manipulara el césped del Pizjuán que permitió un espectáculo acorde a su alto precio y permitió que los jugadores de ambos equipos no quedaran retratados en los controles como le pasó a Colsa en el Sardinero.
Pese a que el árbitro no se enteró (o no quiso enterarse), los jugadores del Barça hicieron un sentido minuto de silencio al gran Basora, leyenda del barcelonismo que tendrá su emocionada despedida el próximo martes en ese Camp Nou en el que vivió grandes tardes pegado a la raya de cal. Además, el tonto de González González, no dejó calentar a Keita con la camiseta de apoyo a Abi, a quien sin duda irán dedicados todos los partidos, y esperemos que los títulos, hasta el final de esta cansina temporada.