Ellos sabían que su compañero todavía estaba en el quirófano y no le podían fallar. Los anestesistas Xavi , Iniesta y Busi durmieron al rival dejándole a merced de los cirujanos Alexis,Messi y Pedro que hicieron el trabajo mientras los antibióticos de Puyol y Mascherano cortaron cualquier conato de infección y el catedrático Pep daba instrucciones desde su atalaya. El Getafe sufrió ayer en sus carnes las consecuencias de este grupo de genios que tenían una espina clavada desde noviembre y se la quitaron como ellos saben, con fútbol, con un aluvión de ocasiones, dedicándole a su amigo Abidal una victoria que subía 10 grados más de temperatura a la olla a presión que es en la actualidad el máximo rival.
El Barça se puso manos a la obra desde el primer minuto apropiándose del balón de forma dictatorial e inalcanzable para su rival que optó por colocar un hermoso autobús por delante de Moyá intentando sujetar a Messi con tres hombres dedicados en exclusiva a tan ardua labor y dejando tan solo un resquicio por bandas donde Pep colocó a conciencia a Pedro y Cuenca. A falta del activo Alves las entradas fueron más ortodoxas y por ello más previsibles pero consiguieron abrir una primera fisura en el minuto 13, fisura que abrieron con fórceps Messi, con un toque sutil, y Alexis con un gran regate en carrera hacia el centro sacando un seco disparo que se coló un metro más abajo de la cruceta, fue un gran gol que abrió el marcador y que le dejó claro al equipo de Luis García que ayer no estaban para bromas, se jugaban demasiado.
El Getafe no chutó entre palos en todo el partido (que yo recuerde) y el Barça siguió moviendo el árbol con paciencia, con el dominio absoluto del balón que le daba la disposición táctica y la excelsa calidad de los jugadores. Todo quedó visto para sentencia en una nueva pared, esta vez por el centro, que se encargó Messi de lucir y pintar con un zapatazo con toda su alma que se coló por la otra escuadra de Moyá. Era el último minuto de la primera parte y el partido ya era historia.
No me puedo olvidar del impresionante momento en el minuto 22, el ayer silencioso Camp Nou, se levantó en pie a ovacionar a uno de sus chicos, ese francés despistado que no hace mucho pedía chaquetas para sus hijas y que ayer estaba pasando por el trago más amargo, lo habíamos visto en otros estadios, pero escuchar a casi 80.000 aficionados aplaudiendo en homenaje a Abidal fue uno de los momentos de este año que serán difíciles de olvidar.
La segunda parte fue básicamente de espera, hasta que el equipo marcase el tercer gol y poder hacer los cambios y dar descanso a los jabatos. El gol se demoró más de lo esperado y fue de nuevo el oportunamente inspirado Alexis quien marcó de cabeza tras un estupendo pase de Cuenca. Una jugada de extremo puro, tal y como lo había diseñado Pep desde su zulo del Camp Nou. Mientras Pep preparaba los cambios Pedro volvió a marcar, esta vez tras una falta sacada por Messi a la perfección y emulando al gran Asensi , el canario le dio de coronilla y se la volvió a colar en la escuadra a Moyá. Después descansaron Adriano, Pedro y Machete y salieron Montoya, Tello y Muniesa para seguir acumulando minutos. El trabajo estaba hecho.
Esta Liga vuelve a estar abierta, y no por la hoy corta distancia de puntos, sino por las sensaciones. La sensación que dio ayer el Barça es de un equipo imparable, del más grande que hayan visto mis ojos, de un control del juego absoluto, casi dictatorial. La intuición de que, a falta de poco más de un mes de competición ya nadie les va a bajar del bólido en el que van subidos y que su rival está instalado en un mar de nervios, quejándose de conspiraciones arbitrales y sin querer dar la cara ante sus aficionados. Al Madrid ya solo le salva el pasado, lo que ha acumulado durante los meses de invierno, pero los sacos de grano se han convertido en bolsas y los barriles de agua en simples botijos y hoy pueden quedar definitivamente vacíos a la espera del partido del Camp Nou, una vez más, desde que Pep Guardiola es técnico del primer equipo, la Liga se decidirá en un Barça-Madrid, esta vez será en el Camp Nou, no hace falta recordar como fueron los precedentes ¿o sí?