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El día en que murió el fútbol

El 3 de febrero de 1959, Buddy Holly, Richie Valens y The Big Bopper murieron en un accidente de aviación. Ese día se conoce como “The day the music died” en recuerdo a la trágica desaparición.

El 24 de abril de 2012, un pobre Chelsea Fc eliminó al FC Barcelona tras dos partidos en los que, tras 30 disparos a puerta, cuatro postes y un penalty, la fortuna se alió de forma incomprensible con quienes desprecian el fútbol y únicamente buscan escaquearse e ir trampeando con lo que te permite el vetusto reglamento. Para mí, aquella noche, en cierto modo, murió el fútbol, y así lo dije. Aquella aciaga noche tuve la sensación de que acababa la más grande etapa futbolística que mis ojos han podido ver. Sabía también que Pep se iría harto y caí en una tristeza e impotencia que arrastro hasta el día de hoy.

De hecho no he querido comentar nada de lo que ha pasado pues no quería amargar a nadie con mis negros pensamientos porque no creo en el proyecto Tito, ni en el de Zubizarreta y por supuesto, no creo en el proyecto (?) Rosell. Desgraciadamente el Mal ha vencido, el fútbol ha muerto y serán años difíciles los venideros.

Afortunadamente la música no murió el día de San Blas de 1959 ni tampoco morirá el fútbol, pero será distinto, ya nunca será lo mismo.

Eso sí, como un reducto de esperanza, Pep todavía sigue entre nosotros y hoy va a dirigir su último partido como entrenador del primer equipo. Muchas vueltas debe dar el fútbol para que lo volvamos a ver en dicho cargo, y por ello merece, aunque sea por un día, que le prestemos unos minutos de atención. Después llegará el verano, la cansina Eurocopa y los fichajes…no me busquen esos días, creo que recuperaré el maravilloso tiempo empleado en fútbol estos últimos cuatro años.

Sí, Pep merece una despedida real, como a él le gusta, dando una exhibición en el Vicente Calderón y sí es posible, levantando la última Copa, que curiosamente fue la primera, esa que tanto ha valorado en este tiempo y que tan poco aprecia el cazador de elefantes que le da nombre.

Hoy veremos el epílogo de esta gran historia que nunca debió acabar y cuyos motivos quizás alguna vez conozcamos, o quizás nunca…

Grande Pep.