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Crónica

Tito y la ortodoxia.

Hizo bien Tito Vilanova de vestir de negro. El negro, además de ser un color elegante, refleja el duelo que tiene la parroquia blaugrana desde aquel triste 24 de abril,  el día en que murió el fútbol.

En estas circunstancias, solo la ortodoxia nos puede salvar y ayer, Vilanova demostró ser su más devoto admirador. Un 4-3-3 de manual con dos laterales de recorrido ,Alves y Alba (curiosa coincidencia fonética), y dos extremos muy abiertos, Tello y Pedro, dejando a Messi todo el  triángulo central del ataque fue su carta de presentación.

El resto, lo ya conocido, Mascherano y Puyol mandando y Busquets, Xavi y Cesc manejando el tempo del encuentro. Como mandan los cánones, sin ningún invento, advirtiendo al público que él no es hombre de inventos, Tito es más discreto, más común.

Y en eso que comenzó a rodar el balón y pareció como si nunca se hubiese parado. Esos tres meses y medio parecieron 3 días y medio, y el Camp Nou pudo disfrutar de nuevo de esa droga llamada Barça. Casi sin proponérselo Puyol marcó el primero, como una clara señal de apoyo por parte de la plantilla: “Estamos con Tito no tengáis ninguna duda”. Después vino el efímero empate del Chory quien tuvo esos segundos de gloria que, de vez en cuando, tienen los delanteros en la catedral del fútbol…pero no contaban con Messi.

La pulga está con hambre, y él y su ambición se fabricaron el 2-1 en una jugada en la que gambeteó en el balcón del área y dejó un chut seco en la escuadra de Bravo para barrer las dudas sobre su compromiso y, de paso, sobre el resultado del partido.

Después vino el show Tello. Con un ánimo claramente reinvidicativo, la guardiolada de Tito(?) quiso enseñar a todo el mundo que ha aprendido, que ha reflexionado y que puede dar muchas cosas a este equipo. Su titularidad es circunstancial, y él lo sabe, pero su apellido no debe quedar ligado a malos momentos de la temporada anterior. Recordemos que es un jugador con ficha del B y que tiene cualidades y capacidad de mejorar. Solo él y el fútbol le pondrán límites.

Así, en una jugada de Tello, Messi metió la puntera para matar el partido y en otra jugada del jóven extremo sirvió en bandeja a Pedro para que metiera el cuarto. Todo iba rodado y, la culerada, siempre tan optimista, pensaba que todo iba demasiado bien y que algo malo iba a pasar. Por eso cuando Messi e Iniesta (vaya peaso de penalty ignorado) cayeron al suelo doloridos se hizo un extraño silencio en el Camp Nou, pero, afortunadamente ayer las meigas estaban todavía de vacaciones y la noche fue inusualmente redonda. Tan redonda que debutó Villa y en su primer chut marcó un esperado y necesario  gol iniciático.¡Imposible sin vosotras! lucía en su camiseta que enseñó a todo el estadio ganándose la tarjeta amarilla tonta de la noche. Los futbolistas son asin.

Salió Piqué y cumplió como el kaiser que es, y así fue muriendo el partido, el primer partido oficial de la era Tito, un encuentro que estará marcado por la ortodoxia, por la fidelidad a un manual y por el compromiso de la plantilla. Esta plantilla sabe que el año pasado en ciertos momentos les robaron la cartera y, en otros , simplemente no estuvieron a la altura. La exigencia es máxima, pues el rival está cómodamente instalado en su mullido colchón, pero las sensaciones (manida palabra) son muy buenas. Nadie quiere fallar.

Hoy hay Gamper y el jueves Supercopa, una competición importante para Tito pues le trae muchos “recuerdos”, esperemos que sea su primer título oficial. Él y su ortodoxia se lo merecen.