Sinceramente, no sé si tengo ganas de soportar un nuevo clásico. Porque, últimamente e independientemente del resultado, los encuentros contra el maligno se soportan más que se disfrutan. Desde hace un par de años los Barça-Madrid se han convertido en una mezcla de violencia, bula y bulla arbitral, polémicas infinitas y agrias discusiones entre los jugadores de ambos equipos. Evidentemente, al culpable de esa metamorfosis todos le conocemos: The stupid one. El arribista portugués ha convertido a Gregorio Samsa en una cucaracha, un ser despreciable que, sin un patrón de juego ni una filosofía conocidos, únicamente sobrevive de la gresca, de las polémicas y especialmente , de los triunfos, sean al precio que sean.
Por eso, el antes conocido como el llorón, no tiene ningún problema en alinear once defensas si así lo requieren sus intereses y, a través de su constante manipulación, no va a permitir nunca que las victorias del Barça sean limpias y sin tacha. Asco. Por eso, Pep dijo el año pasado aquello de que ya no disfrutaba en los Barça-Madrid. Es normal y comprensible.
Así, últimamente da la impresión de que en cada clásico siempre tiene el Barça más que perder. Se entiende que, pese a que el Madrid sea el campeón de la liga del parking, el Barça sigue siendo el verdadero rival a batir. Dulce perversión. Resulta que el Barça el año pasado “únicamente” ganó las dos Supercopas, el Mundial de Clubes y la Copa del Bourbon. Pero eso sí, el Madrid fue el gran “triunfador” de la temporada pues ganó la mejor Liga de la historia cuando el año anterior había ganado la mejor Copa de todas las jugadas hasta el momento. En fin, que les voy a contar…
En consecuencia, y hasta que The stupid one tenga a bien abandonar al Madrid a su suerte, en busca de nuevos cadáveres que resucitar y presidentes millonarios que desplumar, esto va a seguir siendo así: un triste espectáculo. Evidentemente la mejor medicina para este virus es la que le recetó el Dr. Guardiola en aquel ya lejano 5-0 y que tan bien “digirió” el engreído portugués. No tengo ninguna duda de que Tito quiere sacarse definitivamente el dedo en el ojo y que Messi tiene ganas de volver a ver a CRcani gesticular de impotencia, y solo eso ya es suficiente aliciente para ver este partido.
Ah sí, que hay que hablar del partido… La criatura, Pablo, no estará, un alivio para Messi y sobre todo para el fútbol, y una faena para su creador. Y es que el central-tarugo-portugués es un baluarte para el juego agresivo-violento-sanguinario del actual maligno. Pero, desgraciadamente, estarán en el campo los otros sicarios : Xabi Alonso y Sergio Ramos quienes hacen de la violencia un arte y de la cínica protesta, una constante ¿Hasta cuando?
El pasado domingo hubo buenas sensaciones en el Camp Nou y espero que tengan continuidad esta noche. La ortodoxia de Tito va a seguir la línea trazada con trazo fuerte y hoy seguramente jugará Piqué (y probablemente no lo hará un tocado Puyol), jugará Iniesta , no creo que lo haga Cesc en el centro del campo y no entiendo otra delantera que Alexis, Messi y Pedro (la mejor posible sin Villa al 100%). La intensidad hoy es la clave, el partido será a las 22,30 horas ( horario infantil made in Sandrusco) y al Barça se le vio fino y centrado como si algunos jugadores con la nueva temporada, hubieran salido de un mal trago. Lo dejo aquí para futuros debates. Y nos queda el factor Messi.Leo ha venido de las indias en versión God, explosivo, voraz y con sangre inyectada en los ojos. Procuremos que le dure toda la temporada.
Tito no es un hombre que te seduzca con su discurso el primer día que lo oyes hablar pero es de los que te gana poquito a poco como la canción de Amaral. Ayer volvió a hacer su discurso sereno, tranquilo pero sin rehuir los frentes abiertos desde la otra trinchera. Quizás él sí sea capaz de que volvamos a disfrutar de nuevo con los clásicos.Cada vez estoy más convencido de que estamos en buenas manos, en las mejores.