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Crónica

Aroma de campeón

Hay días en los que te levantas fino, en los que tienes la seguridad de que todo lo que hagas te va a salir bien. Hay otros, por contra, en los que parece que te haya mirado un tuerto y en los que , quieras o no, todo te va a salir mal. En fútbol esto se agudiza más al ser un deporte de grupo en el que, a las sensaciones individuales, siempre hay que añadir las del colectivo, por eso es tan difícil ser regular. Por ejemplo, hace pocas jornadas se enfrentaron los máximos rivales de la ciudad de Sevilla en un derbi en el que los de Míchel le dieron una tunda importante a los de Pepe Mel. Pues bien, unas jornadas más tarde, el Sevilla todavía no había ganado un partido y el Betis lo había ganado todo. Hasta ayer.

Si trasladamos este razonamiento al Barça vemos cómo, desde aquel lejano 19 de agosto en el que el equipo goleo, también por 5-1 como el Sevilla, a la Real Sociedad, se han ganado 14 partidos de 15 posibles, se han encadenado 8 victorias de visitante y se ha batido ya dos veces el récord de mejor inicio histórico de Liga. Y es que es muy grande lo que está haciendo este equipo de Francesc Vilanova, porque ha encontrado la clave para huir del desánimo, de la mala suerte, de esos días en los que todo sale mal. Ese es el mérito de este FC Barcelona.

Después está Messi que eleva a la categoría personal lo que hace el equipo a nivel colectivo. Messi por fin tiene su récord y todos descansaremos, él el primero. Messi esta semana ha pasado de estar en la camilla del Camp Nou a meter dos golazos en el Villamarín. Quien nos lo iba a decir.

Respecto al partido y a las dudas que ha despertado  a algunos decir que el equipo salió en modo automático con las ideas claras con un amplio dominio de los centrocampistas respecto a la posesión del balón. La lesión de Cesc trastocó los planes de TV e hizo que saliera un frío y recién recuperado Alexis para sustituir al de Arenys. El cambio no fue intrascendente. Alexis estuvo muy fino en la jugada del primer gol de Messi, arrastrando al central hacia el otro lado y dejando el hueco suficiente para que la pulga, tras jugada personal, cruzara un disparo a la portería de Adrián. Iniesta tuvo también sus minutos deliciosos de cada partido y tomó la manija del partido hasta que sirvió de tacón al argentino para que definitivamente, y en un gol muy made in Messi, pulverizara el récord de Gerd Müller. Los primeros treinta minutos de partido del Barça fueron de nuevo para enmarcar y el partido se hubiera podido romper definitivamente si el asistente de Velasco Carballo no hubiera levantado la bandera en la jugada en la que Messi se quedaba solo ante el portero o el mismo árbitro hubiera señalado un claro penalti a Adriano.

Pero el fútbol suele tener muchos partidos dentro de cada partido, y el Betis hizo un buen gol en la primera jugada en la que tuvo el balón en toda la primera parte, una jugada que dejó en evidencia a Alba que habilitó a Castro y que fusiló a Valdés. El gol espoleó al Betis y a su bullanguera afición. El Barça se dejó avasallar, especialmente tras la salida del campo de Puyi por unas molestias al descanso. La inseguridad de la defensa se trasladó al centro del campo que perdió toda su jerarquía en el partido y dejó una segunda parte como una ruleta rusa en la que podía pasar cualquier cosa.

En todo caso, las ocasiones en las que pudo marcar el Betis fueron dos: un remate en propia puerta de Mascherano tras saque de un córner y un remate a la cruceta en un balón que iba fuera pero que el efecto le hizo rozar el larguero. Por contra, el Barça tuvo la ocasión más clara de la segunda parte cuando Messi se giró dentro del área y chutó obligando a Adrián a hacer un paradón , el rechace le vino a Alba para que marcara a portería casi vacía, pero, cosas del fútbol, el balón se fue por arriba del larguero. Tampoco hubo mucha suerte ahí.

Habrá muchos que sacarán agoreras o interesadas consecuencias de la segunda parte para adivinar que este equipo no puede llegar a las cotas que alcanzó el de Pep pero nadie se acuerda de las derrotas del equipo del triplete en casa contra un Español en puestos de descenso o contra el Atlético de Madrid en el Calderón. Aquél equipo tuvo momentos malos, más que este, pero en los mejores momentos supo estar a la altura, un nivel adquirido, sobre todo a base de regularidad y de confianza en las propias posibilidades, algo que este equipo también ha demostrado de forma sobrada. Este equipo huele a campeón.