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Otra vez será

Es una característica esencial del ser humano valorar las cosas solo cuando se pierden. El agradecimiento diario se da por sabido y somos una sociedad muy de alabar a quien acaba de morir y muy poco a quien, en vida, nos la hace más alegre. Esta reflexión me viene a raíz de todo lo ocurrido la mañana del miércoles pasado cuando, allá sobre las doce de la mañana, nos enteramos de la triste  recaída en la enfermedad de Tito Vilanova.

En ese momento me vino a la cabeza, de repente, todo lo bueno que nos había dado ese hombre tan discreto y serio que había llevado al Barça a protagonizar el mejor inicio liguero de la historia y también lo poco que se le ha reconocido. Es cierto que, desde esta humilde tribuna, uno ha intentado siempre quitar las motas de polvo negativas de la actualidad, y pese a que, seguramente me habré ganado merecidamente el apelativo de moñas, siempre he intentado sacar todo lo bueno de este equipo y de su técnico, del mismo modo que loamos estos últimos años la extraordinaria labor de Pep Guardiola. Pero la sensación del miércoles a mediodía fue esa, de ingratitud, de falta de reconocimiento. Me vinieron a la cabeza todos esos partidos en los que Tito estuvo certero en los cambios, lo bien que había ignorado a la caverna y cómo había desestabilizado a Mou a base de indiferencia. Me vino también, como a todos, una sensación de ¿y ahora qué? pero afortunadamente el club, y sobre todo Andoni Zubizarreta supieron cortar de raíz cualquier especulación: “El entrenador es Tito y lo va a seguir siendo”. Tomaremos pues estos próximos partidos (los que necesite) como una situación provisional, como si lo hubieran sancionado, como ya pasó al principio de Liga. El equipo, los capitanes y , sobre todo, Messi están por la labor y no creo que la desgracia de Tito deba afectar a lo futbolístico.

El mismo miércoles y en los días posteriores todo el mundo del fútbol “por encima de sus colores” se ha subido al carro de Tito Vilanova , es normal. Incluso aquellos que defendieron las más baja de las agresiones manteniendo una vergonzosa pancarta en su estadio hacen gala  hoy de su “categoría” a través de comunicados y palabras vacías. También es normal, muy  ¿cómo diría?… de aquí.  Tito y su familia van a pasar de nuevo un trago muy doloroso y quienes hemos pasado indirectamente por algo similar sabemos la magnitud de lo que se están enfrentando. El cáncer es una enfermedad cruel por muchas campañas de imagen que se quieran hacer pero también, cada vez más, hay más personas que lo superan y afortunadamente todos conocemos a muchas.Tito es fuerte y lo superará. Al menos es lo que deseamos todos.

Para el partido de hoy tenía preparada una previa con aquel gol de Xavi que le salvó la cabeza a Van Gaal, en aquella primera Liga ganada por el peculiar holandés pero no estoy con muchos ánimos. Otra vez será. Os la debo.