Lo mejor de la vida, y del fútbol, es que es imprevisible. Uno se pasa la vida haciendo planes y cambiándolos sobre la marcha porque nada sucede como uno tenía previsto, nada se sabe de antemano ni se consigue antes de disputarlo. Así, nadie esperaba que a estas alturas de temporada el Barça post Guardiola estuviera a 16 puntos de un maligno que hizo récord de puntos la temporada anterior. Por eso tampoco hay que ganar títulos antes de jugarlos ni pensar que la Liga ya está en el bote. El planteamiento correcto sería que, en este inicio de año, todos partiéramos de cero y pasados los próximos 30 puntos, si todo va como esperamos, comenzáramos a creernos algo. Todo va a ser muy difícil, de eso sí que estoy seguro, y surgirán nuevos problemas, lesiones, arbitrajes, malos partidos…En fin que debemos tomar el viejo principio de Horacio del “Carpe Diem”: vivamos el momento sin importarnos demasiado el futuro, porque el futuro, al menos el que nosotros nos imaginamos, no existe.
Lo que sí que podemos predecir(?) es el pasado, de eso son maestros nuestros rivales, y por ello elegiré el partido que me gustaría que se repitiera en el día de hoy, un Barça 5-Español-0 ,jugado el 29 de noviembre de 1992 en una temporada que acabó con la re-edición de la Liga en Tenerife.
El Barça salió con: Zubizarreta, Eusebio, Guardiola, Koeman, Nadal, Bakero, Goicoetxea, Stoichkov, Laudrup, Amor y Beguiristain. Busquen defensas que no los hay…¡grande Johan!
El Español de Novoa, Mino y un decadente Urbano no fue rival para un Barça en plena forma y acabaría descendiendo a final de temporada. Aquel día Koeman, Laudrup y especialmente Stoichkov estaban inspirados y el búlgaro a la media hora abrió la lata con un certero disparo batiendo por su palo al ex portero del Castellón, Emilio. El mismo Stichkov y Laudrup podían haber aumentado la ventaja, pero fue Miguel Ángel Nadal el que, de un soberbio cabezazo a pase de Goico, puso el 2-0 en el marcador. Aquel equipo era una máquina en ataque y, de hecho, en los buenos años del Dream Team los resultados contra el Español fueron, casi siempre, de escándalo.
Ya en la segunda parte, una clara falta de Mino (remember?) a Stoichkov en el área permitió a Koeman batir de nuevo a Emilio que hizo la estatua ante el cañonazo de Tintín. Tras el 3-0 Johan sustituyó al búlgaro y metió en el campo a uno de sus protegidos, Richard Witshge, un jugador que prometía más de lo que al final pudo alcanzar. El rubio holandés solía marcar en los minutos que tenía, y ese día aprovechó un gran pase de Laudrup para, tras lucir una pared con Txiki, meter el cuarto gol a portería vacía. Quedaba uno para la manita y ahí estaba el más listo de la clase, Beguiristain que redondeó la goleada con el único gol que mi oxidada memoria recordaba, un amago de pase al punto de penalti que engañó al portero batiéndole por su palo. Un gol de “pisho”, así era el de Olaberria.
Hoy, la situación es similar a la de aquella temporada. El Barça es dominador de la Liga y el Español tiene muchos números para descender.Y no es por casualidad, el Barça no ha perdido la senda del éxito marcada por aquel equipo mítico y los pericos han caído en manos de torpes dirigentes, especialmente Dani el conservero, que seguramente les conducirán irremediablemente hacia el abismo. Ahí están bien.Entre tanto hoy, para los pericos, como suele ser habitual, será el partido más importante del año y para los canteranos del Barça también será un partido especial. Tito se volverá a sentar en el banquillo tras el gran susto de hace un par de semanas. Pase lo que pase , esa será la mejor noticia.