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Crónica

El camino del éxito

Parece que batir récords ya no es noticia, pero no para el Yoya. El Barça ayer superó el récord del Barça del triplete sumando más puntos en la primera vuelta, 52 puntos, a falta de un partido y sigue sumando el mejor inicio de Liga de la historia con 17 victorias y un empate en las primeras 18 jornadas. Y es que la excelencia se ha convertido en normalidad y la máxima competitividad de este equipo no baja en su intensidad pese a descansos navideños, parones por selecciones y todas las circunstancias que han acaecido desde mediados de agosto cuando se inició la Liga. Ayer, en la previa, pedía que disfrutáramos del momento que no hiciéramos cábalas de cuándo seremos campeones o los partidos que podemos perder o dejar de perder ¿no es suficiente poder seguir disfrutando día a día de este maravilloso equipo?

Tito ayer volvió a su equipo fetiche, ese en el que pueden jugar Cesc e Iniesta juntos, con la única variante del lateral derecho, que quizás sea en este momento más propiedad de Adriano que de Alves. Y eso es fruto de mucho trabajo, de dar confianza a los jugadores claves y de convencer a Iniesta de que, entrando por la izquierda, es muy desequilibrante para el equipo formando una increíble sociedad con el mejor fichaje del año, Jordi Alba. Así, con un dominio absoluto del balón, y sobre todo, del sentido del juego, el Español de Aguirre le duró 18 minutos a este Barça, el tiempo que le costó meter cuatro goles y dejar el partido para la merecida siesta de Reyes de la segunda parte.

Fruto del dominio exultante desde el pitido inicial, el Barça elaboró una gran jugada en la que el balón fue basculando de derecha a izquierda hasta que Iniesta recibió un pase al espacio que asistió para que el “funcionari” marcara el primer gol de la tarde. El segundo gol fue en gran parte debido a la insistencia de Cesc, que ayer reaparecía de su lesión, que llegó hasta el límite del campo con el balón controlado, asistió a Messi que chutó y Pedro la desvió hacia portería. Los goles entraban con una facilidad pasmosa en la portería de Casilla. El tercero, para mí fue el mejor de la noche, Busi cogió un balón en la medular y viendo el desmarque de Pedro, que tuvo la gran noche que necesitaba, le envió un balón certificado y con acuse de recibo al espacio que aprovechó el tinerfeño para picarla con suavidad por encima del portero tarraconense. Volvía al show time al Camp Nou, casi sin despeinarse, con un magnífico juego posicional, de anticipación y sobre todo de un dominio dictatorial del balón.

Después vino el penalti a Cesc, un penalti que la temporada pasada no se hubiera pitado pero esta, con la diferencia en la tabla, el árbitro no tuvo ningún problema en señalar. Marcó Messi, su 26º gol en Liga, que se destaca como pichichi un año más, sacándole ya 12 goles de diferencia al cani de Madeira. Messi ayer no tuvo su día, el largo desplazamiento navideño, los bifes de chorizo, y sobre todo, la impaciencia ante la entrega del Balón de Oro fueron demasiados condicionantes para la pulga que, aún así, fue el origen de casi todo el peligro en el equipo.

La segunda parte fue un despropósito de los asistentes de Gil Manzano, que no acertaron ni una y le robaron una noche histórica al canario pues le anularon dos goles, al menos uno, claramente legal. También sirvió para retratar a algún jugador despechado españolista, esencialmente moroso Baena, que comenzó a repartir estopa de una forma intencionada y con la única intención de autoexpulsarse. La condescendencia del árbitro y la prudencia de Aguirre, que lo sacó del campo, impidieron una merecidísima expulsión.

Sería muy bonito cerrar la primera vuelta ganando en Málaga, uno de los campos difíciles de esta Liga, es el penúltimo reto de este fantástico Barça de Tito Vilanova que volvió a sentarse en su banquillo, algo paliducho y con pocas ganas de levantarse, pero firme en la conducción de la nave al gran puerto. No nos equivoquemos, el objetivo no es mayo y los títulos, el objetivo es disfrutar ahora, en mayo si se consiguen los títulos , tras un par de días de celebración, todo pasará a ser parte de la historia. Por eso hay que disfrutar ahora, hay que disfrutar del camino hacia el éxito, no solo del éxito.