Estamos a domingo y todavía se está hablando del clásico del miércoles. Mala señal. Agua pasada no mueve molino y esta tarde no nos espera un partido de solteros contra casados precisamente. Jordi Roura tendrá que intervenir en la alineación y también en la motivación de unos jugadores que andan todavía enrabietados con la desvergüenza ocurrida en Madrid. Por eso es importante recordar que el ambiente que se van a encontrar los jugadores va a ser duro, el público de Mestalla no se caracteriza precisamente por su buen trato al Barça aunque uno ha tenido el privilegio de ver y escuchar como, no hace mucho, la tribuna del Campo de la Avenida de Suecia aplaudía de pie el magnífico trato al balón que dispensan nuestros peloteros.
Hoy recordaré un partido que no vi pues, cosas de la vida, fui a la boda de un amigo. La boda fue la típica con los señores con el auricular puesto en la oreja, mayoritariamente seguidores del Valencia, pero que tuvo un final feliz blaugrana en el último suspiro del encuentro. El partido jugado el 20 de marzo de 1993 será recordado como uno de los mejores duelos habidos entre ambos equipos, el Valencia de Guus Hiddink con Leonardo, Penev y Fernando como máximas figuras y el tercer proyecto ganador de Johan un auténtico experimento revolucionario que quedó fuertemente grabado en la memoria de todos los que vivimos intensamente esos años: Zubi, Koeman, Nadal, Guardiola, Amor, Laudrup, Goikoetxea, Bakero, Eusebio, Txiki y Stoichkov.
No me pregunten quien defendía en ese equipo porque no tengo ni idea. Posicionalmente estaba Koeman solo detrás y Eusebio y Goiko por bandas, alternándose Nadal y Pep la posición de mediocentro en un 3-4-3 arriesgadísimo que daba pie a resultados como el de aquella noche. El partido comenzó con un intercambio de golpes y en el segundo minuto de partido en tres toques de Eusebio, Bakero y Nadal , éste último se plantó delante de Sempere al que batió con facilidad. El partido se fue complicando como casi siempre en Mestalla y un amigo de la casa, Antonio Jesús López Nieto, tuvo a bien pitar penalti ante un desmayo de Arroyo en el área barcelonista. Penev empató y vinieron los peores momentos del partido para el dream team.
Recién iniciada la segunda parte, una buena contra valencianista fue culminada por Fernando, un tipo muy técnico que llegó a jugar el mundial de Italia y que era el amo de aquel vestuario. El Valencia había remontado el marcador y puso al Barça contra las cuerdas.Pero aquel equipo tenía muchos recursos ofensivos, y Txiki recogió un gran (grandísimo) pase de Laudrup desde el centro del campo y la controló y metió un zurdazo que se coló en la escuadra de Sempere. Poco después fue Laudrup quien inició y culminó una buena jugada de combinación adelantándose en el marcador. El partido enloqueció y Álvaro volvió a empatar tras sacar una falta al palo del portero que se tragó Zubi. Cuando parecía que el partido acababa en empate, salió el Bakero de las grandes ocasiones y pese, a no ser demasiado alto, se adelantó por arriba en un córner a Giner y a Sempere y puso el 3-4 en el marcador. Recuerdo cómo celebramos el gol en el banquete de boda y la cara de resignación de los valencianistas a quienes, sin duda, se les indigestó el ternasco.
Este Barça de Tito-Roura quizás no sea tan épico como el de Johan pero guarda ciertas similitudes en cuanto a algunos resultados como el Riazor o el de Sevilla y sin duda Busi,Xavi e Iniesta controlan mejor los partidos que lo hacían Pep,Nadal y Bakero aunque, probablemente, sea muy injusta la comparación.
Un partido en Mestalla merece siempre la máxima atención, y una victoria en ese campo transmite muy buenas sensaciones para el futuro. Hoy , tras la batalla del Bernabéu es posible que salgan hombres de refresco. Espero a Thiago, Adriano y sobre todo a Villa, le seguimos esperando.
PD. La derrota de anoche del maligno pone de nuevo la oportunidad de distanciarse a 18 puntos de ganar hoy en Mestalla, un acicate más para apretar los dientes y cerrar definitivamente la Liga si todavía no lo está. La exhibición de falta de recursos que no sean a la contra y no disparar a puerta contra un Granada que acabó muerto nos da la medida futbolística de este equipo. Todavía son peligrosos, pero cada vez en plazos más cortos.