Parece que este año la cosa va de remontadas. Ya he perdido la cuenta de la cantidad de partidos en los que el Barça ha tenido que remontar un resultado adverso para llevarse los tres puntos, o al menos uno. Porque me viene a la memoria que remontó ante el Sevilla, en el Pizjuán (un 2-0) , ante Osasuna , ante el Maligno en el Camp Nou (aunque al final empató) y los partidos conocidos de Champions en el Camp Nou ante Celtic o Spartak de Moscú. No sorprende pues que ayer, de nuevo, el equipo tuviera que rectificar una salida tibia al campo con una buena reacción que le dio de nuevo tres puntos que sirven para calmar unos ánimos que están un pelín sobreexcitados tras la derrota ante el Milan.
Eso quiere decir que el Barça, evidentemente tiene más de una marcha y que muchas veces sale destensionado al campo. Ayer tuvo una mayor explicación atendidas las circunstancias: partido a las diez de la noche, frío y viento intenso y poco más de media entrada al estadi. Además, el equipo andaba todavía sumido en una pesadilla que solo el gol del Sevilla supo despertar.
Pedíamos sangre fresca en la previa y hubo bastantes piernas frescas en la alineación, el siempre cumplidor Montoya, Song, que ni mal ni bien sino todo lo contrario, Thiago al que le sigue faltando algo, Alexis al que le falta ya casi todo y un Villa al 50% que supo darle al equipo lo que necesitaba. Pedimos también descanso para Messi pero no se le concedió, marcándose unos primeros 45 minutos a un nivel en el que es irreconocible.
El partido comenzó a un ritmo bajísimo, pese al frío, y el Barça no llegaba a conectar el último pase perdiéndose todas las jugadas en tres cuartos de cancha. Tan solo Iniesta y Messi tuvieron ocasiones bastante claras que no supieron definir. Lo demás, un par de faltas no demasiado bien tiradas por el argentino y poco más. En esas que el Sevilla se encontró con la única jugada de ataque de la primera parte, Koke se supo escabullir de Montoya y tiró un buen centro para que el exbarcelonista Botía marcara el primer gol de un buen cabezazo. Amargura para el barcelonismo.
La reacción comenzó inmediatamente tras el gol y se vio a Iniesta y a Messi con otro ritmo pero ya no quedaba tiempo en la primera parte. En la segunda salió Tello por un medio lesionado y desquiciado Alexis que jugó toda la primera parte en la banda que nadie quiere (por eso Pedro es titularísimo) y volvió a naufragar en el intento. El Barça salió a quemar las naves y lo consiguió, una vez más. Prácticamente a la primera jugada de peligro de la segunda parte, Piqué abrió a Alves y éste soltó un centro perfecto que impactó Villa como el buen delantero centro que es. El gol animó al equipo y a la grada que confió en que aquello, definitivamente, se podría arreglar.
Dicho y hecho. El Barça insistió mucho por la banda donde se incrustó Tello y en una de esas, el canterano supo ver como se retrasaba un poco Messi quien consiguió rematar con cierta comodidad en el área pequeña consiguiendo el 2-1, su gol nº38 de esta Liga y el 15º partido consecutivo en el que marca. Después el Barça perdió el timón del partido y JR comenzó a hacer cambios. Primero Xavi por Iniesta que dio más calma al centro del campo y finalmente Busquets por Villa que asentó al equipo. En el trasiego el Sevilla pudo marcar en dos claras ocasiones, especialmente una de Negredo pero, afortunadamente los tres puntos se quedaron en casa y se mantienen las distancias con un maligno que también tuvo que remontar en Riazor.
Consecuencias de este partido. La primera, que Villa es demasiado trascendente cara al gol como para dejarle tantos partidos en el banquillo, parece un exceso de altanería no usar a un delantero tan eficaz. La segunda, que el equipo tiene problemas para entrar en los partidos, especialmente este año y, a excepción de algunos partidos plácidos en casa como Español y Getafe, siempre ha tenido que reaccionar tras un gol o al menos una clara ocasión del adversario. La tercera, que vamos muy justos físicamente, los microciclos o las curvas de forma preestablecidas hacen que estas épocas del año sean especialmente problemáticas ya desde la época de Pep, aunque todo parece resolverse al acercarnos a la primavera. La cuarta, que a Alexis habrá que buscarle acomodo la temporada que viene, es un jugador que no ha satisfecho las expectativas, como otros muchos, y en junio debería salir del club. Quizás la experiencia de Villa sea más necesaria que el físico mal enfocado del chileno ante la segura entrada de Neymar en el equipo. La quinta, que el martes habrá un partido muy duro contra un maligno que tampoco está para tirar cohetes, sin el cani, es un Valencia cualquiera que podría naufragar en cualquier campo como lo hizo en Riazor ayer durante la primera parte, yo apostaría porque tuviera el marcaje específico de Montoya el martes y que Busi tapara de nuevo a Ozil como en la ida, pero de eso ya hablaremos en la previa…