Que esta no iba a ser una eliminatoria como las demás ya lo sabíamos desde que el Barça goleó al Málaga en la vuelta de cuartos. El hecho de que saliera Mourinho ayer en rueda de prensa tras su mutismo impostado lo confirma. Estamos ante un partido clave (para ellos) en el devenir de esta extraña temporada. Porque es extraño ver a Roura hablando de Undiano y a Kaká y Villa abriéndose paso en las alineaciones titulares y será también extraño no ver a Casillas en la portería blanca aunque no tanto a Pinto en la azulgrana.
Es también sorprendente cómo, un buen resultado a la ida, que sin duda fue el 1-1 en el Bernabéu, ha ido empeorando hasta convertirse en dramático de tal modo que, a estas alturas, un importante sector de la culerada se ve más fuera que dentro de la Final de Copa, y aún más tras el serio tropiezo de San Siro. Creo, sinceramente creo que se equivocan.
Se equivocan porque un clásico siempre es un clásico y es difícil ver a un Madrid superior si analizas sus últimos partidos de Liga y grandes tramos de su partido contra el United. Se equivocan, a mi entender, porque si el Madrid es capaz de marcar un gol en el Camp Nou no lo es menos el propio Barça, con todos los condicionantes a favor.Se equivocan, finalmente porque la reacción de Mourinho saliendo a responder la queja de Roura no es más que nerviosismo propio del que no las tiene todas consigo y quiere salir a apagar todos los fuegos.
Sí, es cierto que el Barça no está en su mejor momento pero tampoco lo estaba el año anterior y fue capaz de eliminar a un Madrid superior al presente, un equipo concebido para destruir el juego culé y que, en pocos momentos lo ha podido conseguir. Yo, sin entrar en euforias que tampoco llevan a ningún lado encararía la eliminatoria como está, como dice el marcador, igualada, ni más ni menos. De ahí que el equipo tiene que salir a ganar el partido, como lo hace siempre e intentar frenar a quienes mueven al equipo blanco. Me gustó el partido de ida en ese punto, la labor de Busi tapando a Ozil, especialista en clásicos, y la atención especial sobre Ronaldo , alfa y omega del peligro blanco actual.
En la ida el Barça dominó ampliamente el segundo tiempo y solo la falta de acierto impidió rematar la eliminatoria (aún tengo la jugada de Pedro clavada en mi memoria). De esto hace solo un mes, el equipo es el mismo y no creo que, sinceramente, se haya desequilibrado mucho el guión en escasos treinta días. Lo importante es que, de no poder pasar, tenemos todavía la Liga que está encauzada desde antes de la desgracia de Tito y la Copa es un título que no haría demasiada pupa perder pese a ser el maligno. Encaremos el partido con confianza pero sin urgencias, con mucha tranquilidad pues afortunadamente, de títulos hace tiempo que no nos podemos quejar. Espero también ver un Camp Nou lleno que anime al equipo y no el triste cementerio del pasado sábado. Estamos ante el mejor espectáculo futbolístico que se puede dar y que todavía se podría repetir en Champions. Firmo ya.