Categories
Yoyalodije

Primer, ¿el Barça?

Manda narices que esta Junta sea tan inepta para, tan siquiera, entender los mensajes que les lanzan sus propios jugadores. Lo que Alves viene a decirles es que ya está bien, que basta ya, que hagan su trabajo y que comiencien cuanto antes. Pero también que ya es demasiado tarde, que el mal y los perjuicios ya están hechos. Otra temporada más.

Defender al club no es hacer lo que hizo Freixa. Eso es populismo barato que, además de no servir para nada, puede de hecho perjudicar más al equipo y al club en imagen e instituciones.

Defender al club es justo no tener que hacer ni lo que hizo Alves y, ni mucho menos, lo que hizo Freixa. Los jugadores ya no saben cómo explicarlo y recurren finalmente a la rueda de prensa a ver si así se dan por aludidos. Pero para ahora ya no. Para esta temporada ya no sirve. Estamos en abril y, afortunadamente, hemos hecho una Liga que te cagas en la que, de nuevo, nuestras faltas son tarjetas y nuestros penalties no se pitan. Afortunadamente nuestros cabrones compiten como animales y, pese a todas las trabjas posibles, se saca un resultado positivo para la vuelta en UCL.

Defender al club es una estrategia que debe ser planificada tanto como la estructura deportiva, las altas y bajas de los jugadores o el presupuesto económico. Se tiene que tener muy claro qué se quiere, qué objetivos deben marcarse para conseguirlo y cómo actuar hito a hito para no salirse del camino. Consiste en asistir a las reuniones de la RFEF, esas que estuvieron casi un año sin que nuestro presidente apareciera. Pero no sólamente estar ahí, sino ser. Utilizar el peso del club y discutir todo lo que haga falta para ir cumpliendo los objetivos.

Defender al club no es salir al final del partido en el palco y decir, “eso fue penalty”, “la roja a Piqué es exagerada” o cosas del estilo. Tampoco que lo haga el entrenador ni los jugadores en ruedas de prensa o entrevistas a pie de estadio. Eso es justamente lo que no haría falta si todo lo que se habla y se dice está perfectamente acotado y controlado en su sitio: las instituciones pertinentes. Sino, en la próxima reunión se da un puñetazo en la mesa y se le canta las cuarenta a quien haga falta. Igual que haría cualquier otro club con dos dedos de luces.

En definitiva, llevamos dos años sufriendo en los resultados las consecuencias de la inacción de esta junta. Lo del año pasado desquició al mejor técnico de nuestra historia, que ya no sabía qué decir para que se enterasen. Ya era demasiado tarde también, ¿se acuerdan? Igual que ahora con Alves. Ya hemos visto los penalties no pitados a Leo, Alexis o Pedro (Liga y Copa del Rey), las manos y fueras de juego que acaban en gol (UCL), el incumplimiento del reglamento que nos pone en inferioridad y, en definitiva el navegar a la deriva en cuanto a representación institucional en los organismos de decisión se refiere.

¿De verdad extraña que justo ahora cuando las masas barcelonistas claman pidiendo peso en las instituciones salga la noticia de otra querella al laportismo?

Defender al club es una actitud. Y desgraciadamente no se tiene.