El año pasado y este han habido cosas que ni comprendemos, ni probablemente entendamos ni puede que nunca sepamos, en cuanto a gestión de vestuario se refiere. Y son cosas que rompieron con un rumbo que parecía firme. Pero no.
Y es muy difícil este año también analizar causas y razones teniendo en cuenta los dos dramas personales vividos en el vestuario con Abidal y Tito. Fundamentalmente con el entrenador que ha estado casi cuatro meses ausente entre unas cosas y otras. Lo único que podemos ver y analizar son consecuencias y declaraciones/alusiones que hagan los propios jugadores/técnicos.
En ese sentido vimos en menos de una semana como Alves, Mascherano, Busquets e Iniesta dieron un Warning de estar alejándose muy mucho del rumbo que les dio las victorias. La presión, las ganas y la implicación del conjunto de los jugadores fueron los temas aludidos; volver a las esencias, decían. ¿Para quién iba? ¿Qué pretendían? ¿Eran esas declaraciones reflejo de cierta división en el vestuario? Todo interpretable.
Junto a eso y casi coincidiendo en el tiempo tenemos unas declaraciones de Cesc haciendo nula autocrítica y poniéndose como víctima de la exigencia del club (desafortunadísimo en mi opinión), un Puyol que se opera después de no jugar un partido importante NO poniendo, si no me falla la memoria, al club y al equipo como prioridad por primera vez en su carrera. Vemos también que durante la ausencia de Tito, en Liga y Copa se juega siempre con los mismos 13-14 jugadores. Apenas Thiago, Song, Tello, Montoya, Adriano, Bartra y Dos Santos juegan nada en esos partidos, interpretándose como una decisión por parte del “equipo titular” de autogestionar la falta de entrenador entre ellos.
En definitiva, que vas juntando cosas y aún con tan poca informaicón y en base sólo a pura interpretación, te puedes ir haciendo una idea de que, al menos, las cosas no funcionan ni carburan por dentro como antes estábamos acostumbrados.
Si a eso le sumas la inacción de Junta y Presidente en arropar a los suyos en estos momentos de máxima necesidad (con mensajes también de jugadores a directiva), prefiriendo ese “dejar hacer y no tocar nada hasta que se agote el invento”, poniendo buenas caras y no tomando ni una decisión que al menos intente solucionar cualesquiera que sean los problemas, pues se te forma un cóctel agridulce: por un lado estos cabrones van a ganar la Liga y están en semifinales de UCL una vez más y por otro ves venir una caída de muchas de las estructuras que nos hicieron leyenda como una demolición grabada a cámara superlenta. Piso a piso desde arriba hacia abajo.
Necesitamos un volantazo en cuanto a jerarquía y liderazgo dentro del club y dentro del equipo. Una exigencia superior sabedores de nuestro potencial. No dar por buena ya la temporada sino exprimirnos una vez más para volver a sacar todo el jugo a estos jugadores que marcaron ya una época. Volver a cambiar las preguntas si nuestros rivales ya conocen todas las respuestas. Trabajar, trabajar, innovar, tomar decisiones y seguir trabajando ¿Es moralmente lícito pedir a Tito esta labor sin duda necesaria? Jodida pregunta.