Porque sabíamos que no éramos eternos
y que las cosas duran lo que duran,
vimos caer la fruta de madura…
No queríamos despertar del sueño
Porque cada vez que bajamos al infierno,
supimos levantarnos con fiereza,
porque pusimos el corazón en la cabeza…
No queríamos despertar del sueño.
Porque hicimos de un balón de reglamento:
Oleos, esculturas, sinfonías…
Magia, ballet, cuento y poesía…
No queríamos despertar del sueño.
Porque aprendimos a soñar despiertos,
frente al brillo de la calva de Guardiola…
Porque estuvimos en la cresta de la ola…
No queríamos despertar del sueño
Porque estuvimos calientes en invierno
y frescos a la sombra en el verano,
tocando el cielo con la palma de la mano…
No queríamos despertar del sueño
Porque soñamos… estando tan despiertos
y nuestras noches fueron tan felices,
que nos dejaron en los labios cicatrices…
No queríamos despertar del sueño.
Éramos niños en perenne cumpleaños,
imaginando sobre el verde 11 cabrones
y pegando una patada en los cojones
de Siros, de Ronceros y Relaños
Éramos Brads Pits en despedidas de soltera
sin que ninguna pasara de los veinte…
Éramos eyaculadores permanentes
(Cada uno que elija a la que quiera)
Éramos nenazas jóvene y enhiestas
de pezones generosos y turgentes…
Éramos insana envidia de la gente
Éramos Messi, Puyol, Xavi e Iniesta…
Éramos locos, en manicomio cinco estrellas,
jugadores de poker sin medida.
Éramos los únicos dueños de la vida.
Éramos el sueño húmedo de ellas.
Éramos la octava maravilla,
las columnas del templo del deporte,
la dueña del Palacio y de la Corte.
Éramos un gol de Pedro y Villa
Ahora, caídos en la noche y la derrota…
Cuando parece que ya no somos nada,
abandonados por las musas y las hadas,
nos toca volver otra vez… a la pelota.
Porque queremos ya volver a serlo
y aunque el placer sea fruto pasajero…
porque sabes Barça, que te quiero,
¡Volveremos mañana a ser eternos!