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Yoyalodije

Despedida y cierre

Sin duda, una de las imágenes de la celebración de anoche del título de Liga fue ver a Messi con su hijo Thiago en sus brazos, un niño con una mirada despierta, como la de su padre y unos rasgos que denotan los antepasados indígenas de la madre. Solo con echar la vista atrás, concretamente cuatro años, veríamos a un Messi más infantil con una bufanda en la cabeza, con sus facultades seriamente alteradas por el consumo de alcohol pronunciando a los cuatro vientos discursos ininteligibles.

Creo que esa imagen de Messi con su hijo mirando los fuegos artificiales es un símbolo de lo que ha pasado en estos años: estos chicos se nos están haciendo mayores y es normal que las sensaciones vayan madurando como las mentes de cada uno de los jugadores. Qué le vamos a hacer.

La primavera barcelonesa nos hizo una faena anoche con una tarde de perros que impidió una celebración plena el día en que el aficionado debía disfrutar de la entrega de trofeo de campeones de Liga. Pese a ello, afortunadamente, el cielo se calmó sobre las once de la noche y pudimos disfrutar de una bonita despedida.

Porque lo de ayer sonó a despedida. Porque ayer se despidieron jugadores que han hecho grande a este club como Abidal que ha sido un ejemplo para miles de personas con enfermedades muy difíciles de llevar o el mismo Villa que marcó uno de los goles más bonitos de un Final de Champions en aquella ya menos reciente Final de Wembley. También se irán Dos Santos, Muniesa y el silencioso Valdés que muy dolido debe andar porque no ha querido decirnos, como capitán, cuáles son sus verdaderos sentimientos.

Espero que no sea la despedida de Tito, y lo espero porque este tipo es un ejemplo de entereza y normalidad ante algo muy grave que le está pasando en su vida y que no le ha impedido continuar en su objetivo. “Animeulos” “Segiu animanlos” dijo Vilanova en su bonito discurso como insinuando una distancia, como si no se viera en un futuro animándolos él también. Quizás fueron los nervios o quizás le traicionó el subconsciente pero espero sinceramente que su salud le permita estar muchos años en nuestro club.

Esta semana ha sido divertida para los culés viendo como se desmontaba la mentira blanca. El parapeto que había montado Florentino se iba cayendo como los malos decorados de una película. Se ha demostrado en definitiva que lo de Mourinho era simplemente un matrimonio de conveniencia, que nadie confiaba en su fútbol y todos tiraban de su antibarcelonismo para subirse al carro. Cuando los títulos han fallado y su discurso se ha vuelto más sincero cara a su rival (el mejor equipo de los últimos 20-30 años) toda la yihad mourinhista se ha vuelto en su contra como la propia guardia pretoriana  que acababa deshaciéndose del emperador molesto. ¿Tú también Pepe? Pensó Mourinho. Pero ya es tarde, un día de estos Florentino mostrará la cabeza de Mou en una bandeja de plata y será jaleado una vez más por sus secuaces. Y el cuento volverá a comenzar.