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Gasparismo andergraun

Joan Gaspart fue el mejor presidente de la historia, y solo la inquina y el desconocimiento futbolístico han evitado que el ganado no lo sitúe en su justo altar. Sí, sí, ya se que no se ganó nada con él, pero ese argumento es propio de incultos y tarados sin un ápice de sapienza balompedica. También dirán que prácticamente llevó a la ruina al club, como si por tener un balance económico positivo se celebrara en Canaletas.

Resultadistas desmemoriados que desconocen que durante el gasparismo se cuajó el mejor Barça de la historia, para que luego llegaran rufianes como Laporta y Sandro (50%-50%) y gozaran de él. En primer lugar, Joan fichó a Messi. Sí, a Messi, el mejor jugador de todos los tiempos, el mesias del barcelonismo, un Dios hecho hombre-pulga. Sin la feroz capacidad negociadora de Gaspart, Messi ahora mismo jugaría de blanco. No se si en el Madrid o con la segunda equipación del Inter, pero de blanco seguro.

Pero Messi solo es la punta del iceberg del mayor proyecto deportivo secreto de todos los tiempos. Durante los gloriosos años de presidencia, Gaspart se encargó de ensalzar la cantera blaugrana a base de fichajes estratégicos que permitieran mutar la limitada visión culerda sobre la cantera de nuestro equipo. No olvidemos que Cruyff destruyó la Masía (con plena consciencia de sus actos) subiendo al primer equipo siempre a los peores jugadores que había para así provocar un rechazo durante años de la afición a cualquier jugador que subiera al primer equipo. Con otros que sí tenían verdadero talento, como De La Peña, los defenestraba a conciencia para así lastrar el futuro del club y con ello engrandecer su modesta contribución a las vitrinas (¿La Champions? Eso es el Trofeo Bernabeu venido a más y lo sabéis).

Como digo, Gaspart fichó jugadores de moda, a un precio elevadísimo y a sabiendas de su limitada calidad porque preparaba al Barça del futuro, y sabía que el Camp Nou no aceptaría a los Iniesta, Busquets o Cesc (ahí ya se vio que directiva cuidaba el futuro y que directiva dejaba ir a los verdaderos cracks del mañana) si no preparaba antes el terreno. Todos sabemos como ha terminado esta historia, con un equipo compuesto solo por canteranos campeones de todo y algún que otro fichaje que no aporta casi nada.

En el tema económico, siempre se dice que Gaspart casi destruyó el club. Casi. Me descojono yo de esos enteradillos que se leen las memorias del club y disfrutan al leer que ha habido beneficios. Joan sabía perfectamente del boom televisivo que asediaba al fútbol, y simplemente optó por no subirse al tren fácil de otros equipos, no potenciando en absoluto la marca. ¿Por qué? Muy sencillo. El Barça necesitaba crecer contra la adversidad. Nuñez, con su brillante gestión, había malcriado a la culerada siendo el club más rico del mundo, y ya no había esfuerzos en ningún área. Eso provocaría a largo plazo una somnolencia que terminaría irremediablemente en la desaparición del Futbol Club Barcelona. Él lo sabía.

De manera que optó por mantener presupuestos bajos, ingresos ridículos y gastos exagerados, para que el equipo se viera obligado a exprimir al máximo sus limitados recursos y con ello abrir la puerta a un equipo humilde y construido desde cero. Joan así lo había planeado.

Pero no se lo permitieron, fuerzas oscuras del barcelonismo (ellos se consideran barcelonistas, pero se podría opinar acerca de eso), con los malvados Laporta y Sandro a la cabeza, a sabiendas de que el club escaparía de sus manos en caso de completarse la genialidad de Gaspart, boicotearon el proyecto hasta convertir la vida del presidente en un infierno. Evidentemente, Joan podría aguantar. Él era un gladiador. Un titán indomable capaz de alzarse contra todo. Algunos dicen que Laporta plantaba cara al Madrid. ¡Una puta mierda comparado con Gaspart! ¡Pero si casi se lía a hostias con Lorenzo Sanz! ¡Él si que era un guardian! ¿Laporta contestando a Mourinho? ¡A Gaspart si que me hubiera gustado ver a mi enfrentándose al portugués! Le habría dicho “Hijo, ambos sabemos que sin mi habrías muerto de hambre con tu sueldo de traductor, así que deja de joder la marrana y vuélvete a tu isla”. Ni dos meses habría estado en el Madrid ese cerdo.

El caso es que el fatídico 13 de febrero de 2003, conmocionado al comprender que el barcelonismo había tragado con las mentiras, y que su proyecto jamás se completaría, abandonó en un último acto de grandeza el Camp Nou, el club al que había dedicado sus mejores años y la vida deportiva.

Y así terminó el reinado del más grande. No volvió jamás para echar en cara esto o aquello. No opinó sobre fichajes, sobre cantera o sobre entrenadores. Simplemente desapareció tal y como llegó a nuestras vidas.

Joan, estés donde estés, te echamos de menos. Ya queda menos para que vuelvas y rescates al club… una vez más.