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Yoyalodije

Calderé

Por cierto que Calderé era, y es un gran tipo. Me refiero en lo personal. Ahí va una historia basada en hechos reales.

Después del mundial de Méjico, cuando le llegó una súperoferta de la Sampdoria, pasó un mal momento. Lo que le ofrecían ganar allí era muchísimo más que lo que ganaba aquí, así que esperó que el club le dejase marchar. En la prensa empezó el chiu, chiu y la directiva, por boca de Juanito, lo declaró intransferible y patrimonio del club. Mi padre, que era un Calderé lover, escribió una carta al diario Sport en favor del jugador diciendo que sólo él tenía derecho a decidir su futuro. El caso es que al bueno de Ramón le conmovió la carta y quiso conocer a mi padre. Nos invitó a comer en su restaurante, se lllamaba L’Alt Camp (no recuerdo la calle), y estuvimos hablando un par de horas. Ha sido la primera y única vez que he visto muy de cerca que es lo que hay detrás de esas historias de megaofertas que se hacen a jugadores y que sólo conocemos a través de las versiones de los diarios y de las declaraciones oficiales. Porque para un tipo como Calderé, y supongo que muchos otros, de los pocos que conseguían subir de la cantera en los 80′, con veintimuchos años, con contratos bajísimos que tampoco se mejoraban mucho al llegar al primer equipo, la vida no había sido un camino de rosas. Con el excelente Mundial de Méjico que cuajó, creo que marcó tres goles, le llegaron algunas ofertas pero la de la Samp era bestial, recuerdo su cara cuando decía “Em soluciona la vida”. No cal dir que era un tipo con un sentimiento culé brutal, que los gritos de peserero le sentaban fatal y que reconocía que como este club no hay nada, sabía que en Génova y en la Samp las cosas eran diferentes, no tan grandes, pero estaba el dinero, su familia, etc, “em soluciona la vida”.

Al final, ya lo sabéis, no fue vendido y quedó con el estigma que quedan muchos, este tío se quiso ir a Génova ¿qué coño ha hecho la Samp en su vida? ¿dónde se puede estar mejor que aquí? En muchos sitios, cuando te pagan más.

Por supuesto, mantuvimos el contacto con él y comimos unas cuantas veces más juntos. De hecho, durante las temporadas 86/87 y 87/88 siempre tenía entradas para nosostros en la zona de lo familiares. De la 86/87, la liga del playoff, me hago una idea del adentrismo en que vivíamos en los duros años de la Quinta. Como el Barça le fue aguantando el pulso al Madrid hasta que llegó ese playoff, Calderé siempre nos decía “si guanyem aquesta lligat, anirem a veure els vestidors”, “si guanyem aquesta lliga, vendreu un dia a l’entrenament” tú lo oías como quien oye al guien decir si me toca la lotería, sabías que era casi imposible, cómo ha cambiado todo.

Era un enfermo de la forma física. Junto con Miquel Soler tenían un entrenador personal y se pasaban las tardes haciendo kilómetros y kilómetros por Montjuic. Después del motín del Hesperia la directiva le hizo la cruz y después vino Johan. Él sabía que lo tenía en chino. Siempre esperé en que se convirtiera en el Wouters del Barça pero le dieron el billete y se marchó.