En dos días hemos podido leer en la prensa mensajes más o menos resumidos como estos:
– Nolla: Se juega así y punto. Y cuando se pierda, será porque lleváis desestabilizando mucho tiempo con el debate del estilo.
– Perearnau: Valdés se va y punto. Y no conviene debatir los porqués ni si es evitable o no. Sería un debate rupturista, incluso si lo inicia él. Evitemos las especulaciones sobre su marcha, aunque seguramente sea por dinero.
– Minguella: El tiki-taka no es obligatorio. Nadie obliga a usar un sistema determinado. Miren al Bayern: directo, físico. Bien.
– Minguella 2: Imaginen que se ganan todos los partidos que quedan perdiendo la posesión. Un sueño.
– Vehils: Vender a Iniesta sería un negocio redondo económicamente. Jugador de coste 0. Rosell es valiente. Está obligado a pensárselo.
¿Van ustedes viendo cómo se mueve el entorno mediático de Sandro Rosell, ya liberado de las cadenas de la decencia, sabiéndose intocable? No importa el estilo. Ser económicamente rentables. Ganar es lo importante. Coste cero. Mayoría social. La neo-terminología intentando adoctrinar a base de repetirse machaconamente. Vuelven los hits de gasolinera. Somos unos “Melendi” de la vida, “Junco” o “Parrita” cualesquiera. Y antes éramos Mózart.
Especialmente sangrante es el tema Iniesta. ¿Por qué se plantea este debate ahora con Iniesta, apenas cumplidos los 29 años, cuando has renovado a Puyol con 34 y a Xavi con 33? ¿Qué tiene Andrés que no tengan Xavi o Carles? ¿Cuáles son las diferencias? Sí, pensemos mal: las cuentas pendientes del sandrismo se cobran siempre. O no se pagan, en este caso. ¿Quién tutela la renovación de Andrés Iniesta entre otros?¿Por qué se ocupa de esa tarea precisamente esa persona y no otra? Quitando broza y pensando en ideología, todo se ve más claro.
Voy a ponerme el traje de “cabrón sin remedio” y a apuntar algunas de esas diferencias. Y las voy a apuntar sin atender a razones lógicas, como por ejemplo la edad (4-5 años menor que Xavi y Puyol), o lo incomprensible sabiendo que si hay un jugador de los tres que basa su rendimiento en el físico, ese es Puyol; o que, si bien el físico no es la cualidad fundamental para desarrollar el fútbol que hacen, entre Iniesta y Xavi, no hay color sobre cuál está más y mejor adaptado a la élite actual en términos de retorno defensivo, aceleración, aguantar los contactos, etc. Creo que la coherencia y la lógica no son ponderables ni entran en el contexto de este tipo de situaciones, así que ahorrémonos discursos basados en el rendimiento empírico que igualmente nos seguirían dando la razón; vive Abidal. He dicho “cabrón sin remedio” así que allá voy:
Mientras Xavi comienza la temporada por enésima vez “mejor que ningún año” (discurso que el bueno de eldeu calificaría como “engañamísters”, avalado por su experiencia) y Puyol va a volver al 100% “a darlo todo por este equipo” después de casi un año, pero eso sí, una renovación de por medio, al ingenuo de Iniesta se le ocurrían decir cosas como estas:
– “No hacemos bien las cosas para ganar, eso está claro”.
– “Nos ha faltado algo más pero no es una cosa puntual. Cuando un equipo no funciona es una cuestión de todos”.
– “Las situaciones son las que son y las sensaciones de equipo compacto e infalible es la que nos está fallando”. Lo sentían.
– “Tenemos que recuperar el abecé del fútbol porque es lo que nos ha llevado a ser el equipo que somos”. Otro loco esclavista y dogmático radical.
– “No es cuestión de un detalle. No hemos tenido ocasiones. No nos ha dejado hacer nuestro juego”.
Los jugadores lo sabían, lo sentían. Entrenando, trabajando y esforzándose en torno a una idea, “LA IDEA”, eran infalibles. Eran superiores; eran mejores. Eran los mejores. Pero eso costaba. Y mucho. Concentración y esfuerzo físico y mental para saber interpretar bien cada partido y donde buscar y ganar las ventajas posicionales. Si están hastiados de esto y no tenemos interés en obtener ventajas posicionales en todo momento, ¿por qué seguir jugando al juego de posición? Esa es la verdadera cuestión ahora en el barcelonismo. Y es comprensible, haciendo un análisis pragmático del asunto. Pero ponemos el foco con zoom 100x en la pregunta sin plantearnos la premisa: están hastiados; no tienen interés. Ahí está el verdadero problema. El origen de todo.