El año pasado escribí un post titulado algo así como: “el doble discurso del Barça” donde destacaba el hecho de que se estaba jugando bien distinto fuera de casa que dentro. Que había un Barça de Xavi y otro Barça de Cesc. Y que esta coyuntura nos estaba viniendo muy bien en clave resultados para los campos donde siempre nos había costado mucho ganar o, directamente, habíamos perdido puntos: Pamplona, Getafe, etc… El Barça de Cesc más abierto de líneas y largo, abierto al intercambio de golpes para poder tener ocasiones de gol (lo que nos faltaba en estos campos pequeños, de rivales intensos y agresivos, normalmente over the limit, con el árbitro condicionado por la grada). El Barça de Xavi aprovechaba mejor las dimensiones del Camp Nou y en Liga era más que suficiente para someter a los equipos que incluso se encerraban mucho.
El problema es que esta doble versión, a la hora de los grandes momentos, acabó en un batiburrillo que ni una cosa ni la otra. Con Cesc y Xavi en el mismo once a la vez, con lineas abiertas y Xavi perdido y el equipo desnaturalizado. Súmale las desgracias de Abidal y Tito, el desconcierto de la autogestión, la nula dosificación y rotación de la plantilla y te plantas al final más perdido que un pulpo en un garaje.
Temo que eso ocurra de nuevo. Pero ahora sí noto alguna diferencia. En “la otra versión”, ahora replegamos en vez de dejar abierto al equipo, aunque sigamos jugando en largo. Puede que en otros campos esto no sea así, pero, contra el Rayo se vio claro. Y al menos se ve la intención de dejar junto al bloque defensivo, para que no se parta. Y, aunque te domine el Rayo, estar tú bien pertrechado atrás, sabiendo cómo vas a salir al contraataque.
Insisto, no me gusta tanto, pero lo veo entendible. El calendario de este inicio de Liga era un infierno (Málaga, Valencia, Sevilla, Rayo, Real Sociedad) y el del Maligno un paseo. Era necesario empezar bien y fuerte porque es previsible que nos dejemos algo en Liga. ¿Podría ser, que se haya planteado un inicio de temporada “más práctico” condicionado por el calendario y la nula preparación física? Es posible, y aún teniendo ese “doble discurso”, la versión menos Barça de todas sí que insiste más en no partir al equipo, al menos en defensa.
Sigamos dejando trabajar y veamos a donde nos lleva esto. Lamentablemente, uno sólo puede analizar lo que va viendo, a toro pasado, y sin conocer el plan de Martino. Pero es que en 4 días hemos jugado de forma completamente distinta. ¿En función del rival? ¿Teniendo en cuenta el campo? ¿Teniendo en cuenta el calendario? ¿Teniendo en cuenta el aspecto físico tras nula temporada? Me temo que no lo sabremos, pero sí podremos ir entendiendo algo más conforme pasen las jornadas.