A Ronaldinho ya le quería vender en 2004 el mismo que quería echar a Rijkaard en 2003 y que se opuso al fichaje de Etoo también en 2004 . Como que estos pulsos que se revelaron cruciales para los éxitos que vinieron a continuación los ganó Laporta, el amigo de Florentino hizo las maletas en 2005 y empezó su oposición a la mejor directiva que haya tenido este club, publicando su libro en 2006, días antes de la final de París.
A Laporta no se le odia solo por motivos políticos. Eso es más fuera de Catalunya. Aquí se le odia fundamentalmente por dos motivos: le arrebató el Club a las élites barcelonesas, se lo devolvió a los barcelonistas y le devolvió su cara más popular y menos exclusiva. Lo que tanto odian los Bosch y cia. Este es uno. Luego, situó los logros deportivos como una prioridad frente a los intereses que se generan en el entorno de una entidad que factura cientos de millones. “Chusín el precio lo pongo yo”, vender pijamas, tener publicidad gratis en el mayor estadio del mundo, etc, etc, etc. Y con las cosas de comer no se juega. Y como que esta alianza de intereses e inquinas comprende grupos mediáticos con potentes altavoces que dominan la escena informativa, voilà, este grotesco fenómeno sociológico que son los antilaportistas culers. Que los merengutantes y pericos sean antilaportistas, es un fenómeno perfectamente natural.
Añado que durante el declive 2006-2008 motivado por el despelote del vestuario por incomparecencia de entrenador y capitán, las manzanas podridas del mismo gozaron de la sobreprotección del entorno mediático rosellista al tiempo que Etoo era lapidado por lo de Vilafranca y señalado como detonador de la crisis. En septiembre mismo de 2007, con oyentes de RAC1 afirmando haberse encontrado a Ronaldinho de copas a las tantas, los esbirros godóticos culpaban a la directiva porque según ellos no sabían motivarle lo suficiente y habían discutido su liderazgo dándole demasiado protagonismo a Etoo. Pero después de todo esto, la culpa era de Laporta y viene la moción de censura. Y en septiembre 2008, con el desastroso comienzo del Barça de Pep, esos mismos aprovechaban los goles de Ronaldinho y Deco con Milan y Chelsea para arrojárselos a la cara a Pep y a Laporta.