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Crónica

The wall

No nos engañemos, el resultado no es bueno y tiende a empeorar conforme pasan las horas. Pero no podemos decir que sea injusto porque durante tres cuartos de partido se jugó exactamente a lo que quiso el Atlético que anoche tuvo sus ideas algo más claras del Barça. Y es que el equipo rojiblanco defiende bien, muy bien y solo es accesible a partir del minuto 70 de partido cuando las fuerzas les comienzan a flaquear. Además es un equipo que se nota que es su año: todo le sale bien. Ayer el Barça no ganó porque a Diego Ribas le salió el chut de todos los tiempos con una potencia y colocación que solo te sale una vez en la vida, o quizás menos veces. Y qué decir de su portero que sacó tres manos espectaculares a Busi, Iniesta y Messi. Es muy difícil ganar a un equipo así.

El Tata ayer volvió a confiar en su equipo fetiche y no le acabaron de salir bien las cosas pero no por su planteamiento sino porque algunos jugadores no entraron al partido con las ideas suficientemente claras. Así, el Atlético salió a morder arriba, a presionar una evidente debilidad azulgrana: la salida del balón desde Pinto a sus centrales. De este modo tan simple, sacó un par de buenas oportunidades que pudieron sentenciar la eliminatoria en el primer cuarto de hora. Después vino el momento lesión de cada partido, 6 días después de cayera Valdés, se lesionó Piqué, quizás el único central en condiciones del equipo. Parece que nos haya mirado un tuerto.

Pero el partido cambió radicalmente minutos después al lesionarse Diego Costa, los madrileños perdieron su faro y estuvieron algo groguis durante unos minutos pero la solidez de su defensa les ayudó a mantenerse en el partido. Le faltó cintura al Tata ahí para visualizar cómo podía aprovechar el momento y el Barça se limitó a estrellarse una y otra vez en la densa telaraña atlética. Con todo esto se malgastó una primera parte sin apenas disparos a puerta azulgranas.

El segundo tiempo comenzó con idéntico guión hasta que Diego Ribas soltó un zapatazo que se coló en la escuadra de Pinto. El brasileño convirtió una jugada en una zona sin aparente peligro en, hasta el momento, el gol de la Champions. Por fin, y ya con la argolla al cuello, Martino se percató de que íbamos en el mismo coche que Thelma y Louise e hizo el primer cambio, un cambio que dio alas al equipo. Un desacertado y desdibujado Cesc dio paso a un eléctrico Alexis y sobre todo posibilitó el cambio decisivo en el partido: Neymar cambió de banda y comenzó a asociarse con el mejor del partido, Don Andrés Iniesta. Todo ello coincidió con el bajón físico del Atlético y en una gran asistencia con el exterior del pie de sweet Iniesta, el, de nuevo decisivo, Neymar empató el partido en un chut seco que sorprendió a Courtois.

A partir del empate el Barça mereció mucho más, tuvo un buen arreón final, Iniesta soltó un zapatazo que sacó el belga de una forma espectacular y un apagado Messi lanzó una falta a la escuadra que de nuevo sacó el joven portero rojiblanco. Destacar el buen partido del siempre cumplidor Bartra que salió frío para comerse un marrón y apenas tuvo errores y los problemas de Pinto para sacar el balón con los pies que provocaron colas en los lavabos de tribuna.

El resultado es malo pero remontable. Todo lo que dependa de un solo gol permite que la eliminatoria siga abierta, difícil, pero factible. No me imagino otra alineación que la de siempre, aunque seguro que se abre un gran debate al respecto, el problema es que van cayendo titulares, solo nos quedan 9. Sigo pensando que somos mejores y que debemos pasar, o al menos es lo que quiero pensar…