Este Barça da pena. La falta de ilusión y el nerviosismo son tan evidentes que se han trasladado de los despachos al banquillo y del banquillo al campo. Cualquier parecido a aquél equipo alegre que maravillaba a todo el mundo es pura coincidencia y ahora únicamente quedan sus nombres en unas camisetas que están comenzando a deshonrar. Porque ayer los jugadores volvieron a salir al campo como un alma en pena, sin decisión, a expensas del acierto del rival. Y se dio que el rival marcó enseguida, como pasó en Valladolid y la depresión fue tan grande que contagió a las piernas de los jugadores de una manera fatal.
Porque ayer el Barça tiró la Liga por enésima vez en esta temporada, una temporada que le sigue dando oportunidades al equipo pero que los jugadores y el técnico se empeñan en desperdiciar para mayor alegría de sus rivales.
Martino improvisó ayer una defensa, jugándose la Liga y todo le salió mal. Confiaba en el temple de Busquets para el centro de la defensa y dio el medio centro a un Song que está con la cabeza en otra parte prácticamente desde que vino de Londres. El resultado fue desperdiciar nuevamente 45 minutos de partido y recibir un gol en contra que al final fue definitivo.
En la segunda parte el equipo mereció empatar pero ya se sabe que el fútbol tiene sus leyes y cuando estás en dinámica negativa los balones que en otras ocasiones rebotan y entran , acaban saliendo por un palmo. Estos jugadores ayer no hubieran marcado aunque estuvieran jugado una hora más, estaba escrito en su sino.
Ya no valen las explicaciones de un Martino que, a este paso, no acabará la temporada (cosa que desea fervientemente) ni de los jugadores que no saben ni explicar la sensación de debacle que se ha instaurado en el vestuario. Han pasado demasiado cosas este año para que , al final, el equipo no quedara resentido y lo mejor que puede pasar es acabar este mes de competición de la mejor manera posible pero con la idea clara de que los títulos los van a levantar otros.
No sé a qué espera esta directiva okupa a convocar elecciones, si les queda un mínimo de vergüenza.