Últimamente, ser cronista del Barça se ha convertido en una profesión de riesgo. En un abrir y cerrar de ojos, hemos pasado de navegar en la excelencia a zozobrar cual Titanic cualquiera, semana sí, semana también, y, sinceramente, no apetece mucho contarlo. Y esta sensación de angustia se ha convertido en especialmente insoportable en las últimas semanas. La impotencia con la que hemos visto al equipo perder las competiciones en apenas ocho días ha llegado a un punto de crueldad que parecía escrito por un guionista bastante hijo de puta. Pero, una vez pasada la tormenta, y, a pesar de que no se nos ha ido la cara de mala leche, el partido de ayer era uno de esos partidos en los que la afición había entrado en una dimensión desconocida en la que todo podía pasar.
Para empezar, y sin él saberlo, a Martino le salió su ángel de la guarda particular con la oportuna lesión de Neymar que permitió liberar por fin al equipo, y especialmente a Messi, de ese maldito corsé táctico que tanto daño le ha hecho. Para ello, puso algo de su parte y sentó al señalado Cesc dejando una disposición táctica más natural, una disposición en la que Pedro y Alexis son dos elementos fundamentales para que Messi pueda lucirse. Tampoco hay que olvidar que el Athletic llegó ayer al Camp Nou con las redes preparadas para pescar algo gordo, y, a pesar de que estuvieron a punto de conseguirlo eso facilitó el juego culé.
Así , un equipo más liberado y con las tareas más claras, a pesar de tener a un inoperante Song en el medio centro, comenzó el partido atacando por bandas, con un buen desdoble de Adriano que era cubierto siempre por un incansable Pedro y Alves que es más Alves con Alexis en su banda. Así el Barça pudo marcar por medio de Pedro primero , de Messi después , en un mano a mano que salvó Iraizoz y finalmente, a través de Adriano con un buen chut que saco Balenziaga bajo palos. El equipo comenzaba a carburar y solo faltaba que la pelota entrase hasta que Valverde descubrió la autopista que dejaba el camerunés en el centro del campo y comenzó a coger las riendas del partido a base de presionar la salida del balón. En una de estas, la tuvo Aduriz con una espectacular chilena que fue al palo derecho de Pinto que hizo una estatua digna del Louvre de la que se resarció con un paradón inmediato. En la jugada inmediatamente posterior, Alexis chutó al palo a portería vacía . Nos estaba mirando un tuerto de nuevo.
Al equipo le vinieron las dudas y el Athletic olió sangre, la cosa comenzaba a pintar mal.Todas las sospechas se confirmaron al inicio del segundo tiempo cuando, en un nuevo robo en la frontal, Aduriz le hizo un traje a Bartra, que, a pesar de estar mejorando, sigue con la “L” puesta, y le colocó un gran gol a Pinto que puso a los 50000 asistentes al Camp Nou como un flan. El Barça debió empatar poco después en un mano a mano de Messi con Iraizoz pero el balón se marchó fuera por un pelo. El gafe era persistente.
Martino reaccionó y sacó del campo a un Xavi fundido y metió a Cesc bajo una fuerte pitada. El partido cambió en un par de minutos. Primero fue Alves quien tuvo el descaro de encarar a su defensa y después la suerte de llevarse el rebote, asistió a Alexis quien en medio pifia cedió a Pedro para que empatara el partido. El equipo se vino arriba con el empate y, un minuto después, Messi tomó un balón y lo condujo tras sortear varias patadas que acabaron con el argentino en el suelo. El árbitro pitó una al borde del área y Lionel se la clavó al portero vasco por su palo en un chut fortísimo. Por fin una alegría, no me lo podía creer.
El equipo, a pesar de los malos augurios, había conseguido remontar y ahora venía lo más difícil, aguantar el resultado. El Bilbao se fue arriba con todo y dejó muchísimos espacios atrás que debieron aprovechar y que, entre Tello y Messi, malograron en jugadas bastante absurdas. Machete sacó un balón de gol casi en el descuento y pudo marcar el tercero en una contra en la que, al final, se llenó de balón. Es admirable la capacidad del bueno de Javier de ponerlo siempre todo en el campo, a pesar de sus evidentes limitaciones.
El partido acabó por fin, para alivio de todos, y el equipo conserva esa mínima lucecita de esperanza que le permite seguir a un tropiezo de los dos equipos madrileños.Ya sé que es muy difícil pero , ¿y si…?