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Ventajistas

Ventajista es un término que aunque ahora está muy extendido, en mi acervo tiene dos connotaciones principales, por un lado el de el jugador de ventaja, el tahúr del Missisipi que se aprovecha de “cierta habilidad” a veces tramposa para obtener el triunfo en la partida y por otro el del torero, que bien utilizando el pico de la muleta, bien toreando al perfil del pitón o bien fuera de cacho, abandona la pureza, el frente y la verdad para obtener ventaja y aminorar el riesgo.

Esta semana he asistido en mi modesta opinión a la presencia en diversos medios y situaciones de muchos ventajistas y por tanto a ellos y ellas dedico este post.

VENTAJISTAS 1.

Ventajistas me parecen aquellos que con lágrimas de cocodrilo lloran a un muerto.
Hace unos días y tras el fallecimiento del que fuera entrenador del Barça Tito Villanova hemos visto muchos de estos…

Desde aquel entrenador que ahora se lamenta en las redes sociales, pero que hace bien poco lo llamaba despectivamente Pito y le metía el dedo en el ojo, hasta el propio club en el que trabajaba entonces ese entrenador que ahora manda representantes compungidos a los funerales, guarda minutos de silencio e incluso y por medio de alguno de sus jugadores parece que dedica goles al fallecido, cuando hace bien poco también, no solo no dijeron (unos y otros) ni mu, ante la conducta impropia (siendo benevolente) de ese entrenador que era o su jefe o su empleado, según los casos, sino que permanecieron inactivos ante una pancarta en su estadio que ondeó durante más de un mes y que literalmente decía “Mou, tu dedo nos indica el camino”

Este ventajismo, de ahora, con el cadáver caliente, parecer que se siente la pérdida etc. etc. además de todo eso es de una hipocresía que tira de espaldas.

Y mención especial, para todos aquellos, que desde el mundo de la caverna periodística ponen caras compungidas y que no hace tanto, estuvieron riéndole las gracias al incendiario del dedo en el ojo con el consentimiento, la aquiescencia y no sé si la orden del supuesto ser superior.
No me valen sus lágrimas ahora, que conste…

VENTAJISTAS 2

Y siguiendo con el “fumbol” el culmen del ventajismo de esta semana, ha llegado con la debacle del “Guardiolismo” (porque no jugó el Bayern, jugó solo Guardiola, todo el mundo lo sabe) ayer martes frente al Real Madrid.

Había tantos y tantos con la escopeta cargada para disparar al noi de Sampedor, que el minuto después del choque más parecía una ceremonia de aquelarre antiguardiolista que la celebración de un merecido (por otra parte) triunfo madridista.

No voy a entrar en tesis futboleras, sobre la forma de jugar de unos y otros, eso va en gustos y a cada cual, le puede gustar un estilo más (llamémosle) dominador al modo guardiolista o apostar por el contragolpe del italiano Ancellotti, el autobús mourinhano, la garra simeonesca o el tiki-taka aragonesista. Todo es lícito mientras se respeten las reglas del juego y al final todo depende, en cualquier sistema, de la ejecución, el estado de forma, el acierto o desacierto, o la calidaz (como diría Cruyff) de los actores que son los que les dan patadas a la pelota (ya decía el sabio que ningún entrenador pierde el partido en la pizarra).

Pero los disparadores, los ventajistas que desde sus atalayas mediáticas estaban aguardando la caída de aquel que según ellos orinaba colonia y que tiempo atrás estuvieron parapetados, en sus cavernas (sean del centro o del Este) apestándose entre su maloliente hedor a mofeta, me producen nauseas.
Y me producen nauseas, porque en esa desesperación en la que han vivido durante estos años, ante la figura de Pep Guardiola, han estado esperando, aguardando una debacle (para el Bayern, que conste) como esta para sacar a pasear su odio y pasarle una factura, que no era al fin y al cabo otra que la de haber hecho, no sé si el mejor equipo de la historia, pero sin duda el que más bonito ha jugado de los que sus ojos ponzoñosos de envidia hayan visto.

Lo que no saben los ventajistas que ahora aprovechan la tesitura, bien desde cavernas mesetarias hasta hace nada rabiosas o desde peloteo rosellista y antilaportismo enraizado militante y catalán, es que todo es efímero (y más en esto del fútbol) y que una caída hoy puede ser un levantarse en el futuro.
No voy a utilizar el viejo dicho castellano de “Arrieros somos y en el camino nos encontraremos…” porque seguramente cuando el “guardiolismo” o el nuevo ismo que le suceda sea o no con el propio Guardiola y sea o no con rayas azulgranas en la camiseta vuelva a reinar, seguramente no tendremos tiempo de pasarles la factura, pues seguiremos disfrutando del momento, mientras sus enemigos sigan cargando el veneno

En cualquier caso y aun a fuerza de parecer cursi, siempre quedarán las palabras del poeta.
“Aunque ya nada pueda devolver los días del esplendor en la hierba y la gloria en las flores no debemos afligirnos, porque la belleza siempre subsiste en el recuerdo…”