(comment del 28/6/2014 a raíz de un comment de Lenny sobre el tema)
Estoy con Lenny. El scout es el trabajo más importante en el medio plazo, sobre todo para clubes que no pueden competir en igualdad de condiciones económicas con los de su mismo entorno. Y parece que el Barça, en la élite, no puede competir en talonario con PSG (que ahora es una suerte de papá catarí, cuyo dueño es más importante y va más en serio que los nuestros futuros), Real Madrid con su corrupción S.A., los petro-rublos en pounds del Chelsea, el Manchester City, etc…
Simplemente hay que sentarse a hablar con los expertos de La Masía, que conocen el proceso formativo como nadie, trazar una estrategia que tenga sus indicadores de aciertos, fallos, éxitos y fracasos, y potenciarla desde la dirección del club con el soporte necesario.
No vale con ir a la fase final del campeonato sub-loquesea, ver los tres últimos partidos y decidir. Justo allí cuando se aglomeran todos los scouts de todos los equipos del mundo. Más aún si ni aún así se consigue ventaja competitiva frente a otros. La ventaja del Barça debe estar en la metodología y en saber moverse un paso antes que el resto.
Para ello, debe asumirse la inferioridad natural de las condiciones económicas y olvidar el pensamiento autocomplaciente de “somos tan buenos que van a querer fichar por nosotros antes que por cualquiera y por menos dinero”. Esade’s wannabe.
Hablar con los expertos, decía, que nos expliquen las claves del proceso formativo; cuáles son los puntos críticos que permiten mejorar y seguir mejorando a los chavales para convertirse de promesas a estrellas. Entender las necesidades de los chicos para que éstos se potencien y darles las facilidades para que lo consigan. Entender la diversidad y heterogeneidad de entre los chavales, atender a las peculiaridades de cada uno. Por ejemplo, habrá promesas, que para dar el paso necesiten un contexto más próximo a su familia y cercano a sus orígenes, porque les cuesta desapegarse o las distancias. Otros que, al contrario, necesitarán más aislamiento y “mano dura” para meterles en vereda. Etcétera.
Y eso tiene que formar también parte de la estrategia ejecutiva. Y para ello habrá que emplear los medios necesarios. Abrir escuelas o sucursales de La Masía en otros sitios (Proyecto Ingla descartado por no ser idea de los actuales ejecutivos), ayudar a la familia a instalarse e integrarse en Barcelona, fichar y ceder para que terminen su formación en su entorno. No sé, trabajo, trabajo y trabajo.
Eso en cuanto a los chavales. Pero tampoco podemos desperdiciar la parte del pastel de los cracks que emergen a otras edades. Ahí es más un trabajo de scouting y conocimiento puro. Análisis y evaluación de cada Liga, observar patrones de evolución y crecimiento en jugadores, establecer indicadores para detectar éstos. Hacer seguimiento individualizado en determinados casos, comenzar a estudiar el entorno y las aptitudes (y actitudes) no deportivas del joven, establecer diálogo y cruzar información con los técnicos para evaluar su adaptación al estilo del equipo y/o las necesidades del mismo.
Y pese a todo esto, el nivel de incertidumbre va a seguir siendo razonablemente elevado. Es decir, es incontrolable el chaval que de un año para otro “pega el estirón” y la comienza a romper. En términos de mercado, hablamos entonces de pasar desapercibido a costar mínimo 25M y frente a eso no se puede hacer nada porque todos los clubes asisten al mismo tiempo que tú a la eclosión. Y ya depende del que más necesidad y/o dinero disponga para que se lo lleven antes. El reto del equipo de scouting es minimizar esta incertidumbre con trabajo, trabajo y trabajo.
Are sí, another brick in the wall.