Dicen los cronistas que Fray Luis de León volvió a su cátedra de la Universidad de Salamanca tras cinco años en prisión con el celebérrimo “como decíamos ayer“.
Quinientos años después, otro Luis, tras cuatro años de trayectoria irregular, volvió a su cátedra en Barcelona y parece que el tiempo no haya pasado porque ayer en el Colombino vimos un partido del Barça B, como si el tiempo no hubiera pasado, aunque oficialmente haya sido el primer partido oficial de la era Luis Enrique en el primer equipo.
Por no cambiar se ha repetido hasta aquella segunda equipación de tan infausto recuerdo con la semifinal contra el Inter en 2010 y ,sobre todo, ayer jugaron 22 jugadores de los que apenas dos o tres tendrán minutos en la temporada que vamos a estrenar.
Ayer en el campo, los poquísimos espectadores que acudieron al campo, vieron a un equipo en el que, sobre todo en la primera parte, la colocación fue extraordinaria pero en el que que faltó desequilibrio aunque se vieron maneras de Halilovic y de Munir, un chaval que apunta muy alto aunque lo tendrá difícil debido a su posición, carísima en este club. Estuvieron bien los dos centrales africanos y el habilidoso Dani Nieto que no tiene nada que envidiar a muchos jugadores que ya están jugando en primera.
La segunda parte fue más floja en el juego aunque hubo noticias para destacar, el debut de Ter Stegen, casi inédito, y la reentré de Deulofeu que asumió galones (está en su personalidad) y de sus botas salió la jugada del único gol marcado por Joan Román. Poco a destacar, solo la gran forma de Bartra que apunta a titular en el primer partido de Liga y la valía de un Afellay que merece algo más de suerte de la que ha tenido desde que se vistió la camiseta blaugrana.
Todo por hacer todavía a la espera del grueso de internacionales pero buenas sensaciones con los jugadores del filial que, seguramente, habrán jugado con más ilusión estos minutos que en toda su trayectoria con Eusebio, en un partido que, sinceramente, de poco ha servido para una temporada en la que se va a subir un peldaño en la exigencia y en la que ya no valen las excusas.
Que tengas mucha suerte Lucho.