Debemos conseguir jugar en solo medio terreno de juego, el del rival, así las distancias que éste deberá salvar para acercarse a nuestra portería serán mayores, mucho más costoso para el jugador rival. A la línea avanzada que marquen nuestros centrales debe acompañarle un portero adelantado para achicar espacios y seguirle un buen ritmo de balón. Si nuestros centrocampistas tocan cuatro, cinco o seis veces el balón antes de soltarlo, adiós a los espacios.
Debemos jugar con las líneas siempre juntas y con el campo muy abierto para el ataque y cerrado para el repliegue. Cuando el partido está muy trabado y no encontramos espacios, abriendo el campo aparecerán. Si nuestros delanteros caen siempre por el centro y desprecian las bandas, adiós a los espacios.
Líneas juntas, campo abierto, movilidad y circulación rápida, a partir de ahí aparecerán espacios donde parecía que no los había y entonces pasaremos a dominar otros aspectos del juego. Serán nuestras la mayoría de ocasiones, ampliaremos las opciones de forzar faltas directas y multiplicaremos la aportación ofensiva de nuestros centrocampistas. Presionando en pocos metros, el rival se verá constantemente amenazado y tenderá a regalarnos el balón. Si estamos concentrados y observamos el partido, todo se reducirá a una cuestión de acierto y desacierto en cuanto a nuestra capacidad para marcar antes o después.
Particularmente, ésta es mi humilde visión de como debe jugar mi equipo de fútbol, independientemente de la edad y la división en que se encuentre.
!Este es un pequeno post que escribí cuando entrenaba a un equipo de infantiles de un barrio de Palma, desafortunadamente tuve que dejarlo por temas laborales”