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Yoyalodije

Plan B: miedo.

Todo el mundo tiene un plan… hasta que le sueltas la primera hostia

Mike Tyson

Me meto en un símil que no domino: el mundo del boxeo. Si ven que Relañeo demasiado o meto el anca demasiado insúltenme de forma explícita. Por favor. Allá va:

Es la percepción que me está provocando el FCB de Luisen. Antes de nada hacer público mi elogio y reconocimiento a la figura del asturiano. No lo veía capaz por su choque continuo con el entorno. No me gustan ni comparto muchos aspectos de su juego pero a estas alturas es bastante innegable que este FCB es su equipo. Su. Equipo. Ambas palabras hacia casi 3 años que no se podían afirmar con rotundidad en el club. Se observa un trabajo enfocado y un camino seguido para llegar a un colectivo que a día de hoy parece el más adecuado y potente con la plantilla que propuso y dispone.

A lo que iba. ¿Porque Tyson? Lo pongo a él como arquetipo y por la genial frase que soltó en su día y encabeza el post. ¿Qué era Tyson? Un golpeador. El tipo con la pegada más potente que se conoce casi en la historia. Y con buen juego de piernas y muchos recursos para golpear. Pero vuelvo a la frase. Los rivales este 2015 todos han salido con una idea. Son profesionales y alguno ha tenido hasta 3 envites seguidos (Copa+Liga) para ajustar su plan. Escribà, Marcelino, el Cholo, Valverde tenían una idea de cómo meter mano al FCB. Pellegrini, Ancelotti, el Cholo de nuevo y el que se coloque enfrente tendrá una idea. Detectará una debilidad en este equipo. Percibirá que se les puede robar alto a veces, que se les puede contragolpear si se aprieta a tal jugador, que se les puede quitar el balón a ratitos como nunca antes imaginaron a todo un FCB. Y de hecho lo han hecho, gozarán de esa seguridad y lo harán en próximos encuentros…hasta que se les suelta la primera hostia.

Los fans del boxeo hablan de adrenalina positiva. Comentan que esa energía y ganas de golpear, agredir y noquear al rival es lo que caracterizaba al primer Mike. Y sabía que iba a encajar pero que las suyas dolían más y tumbaban. Cuando tienes “eso” imagino que solo tienes ganas de intercambiar manos. Tiene su parte mala, que descuides demasiado otros aspectos o que se vuelva negativa esa adrenalina y sólo trates de amarrar, cuando no se te da tan bien como golpear, cuando llegan los combates gordos y que en esa duda te impacten dos buenas manos y ni sientas ni padezcas. Es un riesgo, sumado a la duda de ver como se encaja duro de verdad que aún tiene este equipo. Vive James “Buster” Douglas. Pero ya tocará, o no, más adelante.

Los rivales de este FCB salen a jugar conociendo que esta adrenalina actual es la positiva. Del equipo que viene creciendo y crecerá más a costa de jugar contra ti. Pase lo que pase. Ganas de correr de nuevo. No siempre perfecto ni bien. Pero si correr y finalizar. Y quizá una finta de Busquets te dejará en el suelo y todo se abre. O un pase (!) de ese portero alemán habilitará un 1×1 del extremo contra el lateral. O quizá un melón llovido lo gana genial Suárez con su corpachón raro y se llevará los dos rechaces para combinar con alguien y proseguir. O Neymardo fintará picar y aparecerá para coger el balón y driblarte como quien se te adelanta en una cola y encima le guiña el ojo a la cajera. O acumularás 3 tipos contra ese loco bajito, que se la pasará al brasileño tarado acabado para lanzar la contra de cara tras perfecta devolución. O creerás que el tiempo te ha engañado cuando Gerard parece pre 2012 de nuevo.

Ese pequeño golpe que contacta, esa sensación de que notas que hacen “cosas”, con espacio, con tiempo y aparecerá el terror de nuevo. Hay que tener mucha confianza en tu idea para no vacilar, sino recordarás esa sensación de que la siguiente combinación puede ser la definitiva. O la otra, o la de después cuando tu no impactes bien. Ese temor puede condicionar tanto que te lleva a la indefinición. No apretar bien, recular demasiado, no salir por no tener que volver. Acto seguido es besar la lona.

Se me olvidaba la Era en la que estamos. Perdón.

Sobretodo, como es lógico, temen al 10 y su mirada concentrada. Que como escribía el grosso de Rafa Cabeleira -creo recordar en un artículo de El Pais- aparece silbando con las manos en los bolsillos por el callejón cual Omar Little y todos corren a esconderse avisando a viva voz de su llegada. Aterrorizados.

Es normal, el temor es algo muy humano.