Bueno, no se de quien habrá sido la idea, o si al final ha sido algo fortuito producto del fichaje de Suárez y de la adaptación de Neymar, pero está claro que jugando de 9 la cosa no terminaba de funcionar, ya que necesitaba tocar balón, los interiores no producían lo mismo que antes (por tu odio a Xavi e Iniesta, que al final ha terminado descentrandoles), y debía bajar a nuestro campo a buscarla.
La cosa es que ahora, alojado en el extremo derecho, pero nada que ver con el primer Messi, el de Rijkaard, sino más bien haciendo de Ronaldinho, ha encontrado un hábitat que le permite gestionar 100% sus cualidades, más allá del mejor regate de la historia, ahora puede decidir en cada jugada si ataca, y aprovecha el ser el mejor goleador de todos los tiempos, o reparte caramelos, y se destapa como el mejor asistentes de todos los tiempos.
Esa suma de posibilidades, junto a que el balón lo recibe 20 metros más adelentado (a costa de hacerlo en banda), es lo que ha permitido esta última, sorprendente y maravillosa evolución en algo todavía más letal, y que de alguna forma, cede la messidependencia, al ser otros los que terminan las jugadas, y por lo tanto, a pesar de necesitarlo por completo, el resto del equipo se siente importante, y está más enchufado.
Todo esto.