Johan, el causante de que quien les escribe sea culé hasta la médula. En un entorno y una época en el que el barcelonismo no era fácil, la llegada del personaje más importante de la historia del fútbol me llevó a caer en su encanto sin remisión. No niego que, años después, no lo pasé especialmente bien por ser fiel a mis colores. Pero lo que vino después, también gracias él, compensa todo lo sufrido en esos años oscuros.
Espero que no suene como despedida porque, pase lo que pase, Johan siempre estará con nosotros pero nunca está de más darle las gracias. Gracias, maestro.