Recuerdo como si fuera hoy el impacto que fue para un niño de 8 años que era entonces, la llegada de una superestrella al Barça como fue Johan Cruyff. De tal modo que, en aquel tiempo, como regalo para mi comunión no pedí nada especial, tan solo la camiseta de Johan, pero no la del Barça que ya la tenía sino la serie que emitió una marca de ropa interior llamada “Jim” que añadió a su marca el apellido de la estrella del Barça.
Para entonces las equipaciones de fútbol eran de algodón, sin marca deportiva y con los números de tela cosidos con hilo. Pero yo era feliz vistiéndome así, con el traje que me regaló mi tío Juan que era de Vinaròs y muy, muy culé.
Creo que ahí empezó todo, en 1974, con ocho años.
De su etapa de entrenador recuerdo que, pocos meses antes de que Núñez lo fichara, Olva Viza le entrevistó en Estadio 2, un magnífico programa de deportes que hacían en la 2 en la época en que TVE tenía los derechos de todos los grandes acontecimientos, incluida la Champions. Pues bien, en esa mítica entrevista me volvió a impactar como lo hizo de niño, con sus ideas, con su frases que después se hicieron célebres, como que si tu tienes el balón tienes más posibilidades de ganar que si no lo tienes porque solo hay un balón en el campo. Todas las genialidades que ya conocemos. Enseguida me di cuenta que este era el hombre que nos iba a sacar de las catacumbas en que estábamos instalados y que, porque no decirlo, algunos se sentían tan cómodos.
No ganamos la Liga aquel primer año pero sí una Copa que tuve el privilegio de presenciar en Mestalla y poder ver en directo por primera vez a mi ídolo de la niñez. Ganamos, como ya saben, con goles de Salinas y Amor y ahí comenzó una época que todavía estamos viviendo.
Para finalizar quiero recordar otra anécdota. El primer partido de la primera Liga de las cuatro consecutivas que ganamos fue en Sarriá, contra el eterno tocapelotas, entonces creo recordar entrenado por Clemente. El partido lo hicieron por la tele pero yo no pude verlo porque tenía una boda. Hice lo que pude para meterme en el bar en el que había una tele y ver el gol del grosso Stoickov que nos dio los tres puntos. No sé por qué pero en aquel momento, y era el primer partido de Liga, supe que ganaríamos esa Liga. Ganamos cuatro.
Es triste quedarse sin padre un vez pero es terrible quedarse dos veces.
Siempre serás mi ídolo.
Gracias.
