Otra vez nos toca jugar sabiendo los resultados previos de los perseguidores del Barça, con más presión, tras saber que el Madrid ha ganado a la Real en Anoeta en un partido que me ha hecho sospechar de la limpieza de este deporte, y del Atlético que ha despachado al Rayo con un gol de su mejor hombre, Griezmann.
El escenario es un compendio de malas sensaciones acumuladas, resultados adversos inexplicables, como contra el Valencia, temor arbitral al tristemente conocido Mateu Lahoz, y por supuesto, la incógnita de saber que versión de este Barça veremos durante el partido.
La primera parte del encuentro nos hace recuperar parcialmente los temores de otros encuentros de infausto recuerdo, poca movilidad de los nuestros, y mucha lentitud de circulación, en momentos parece que el Barça no se esté jugando la liga, de seguro en el Camp Nou hubiéramos escuchado el famoso “run-run” en el estado. Neymar al parecer mas afortunado en el regate, recibe varias faltas y provoca la primera amarilla del partido para Bruno por derribarlo. Los defensores béticos se saben con patente de corso para cazar al brasileño y se emplean con dureza en la tarea. Piqué se lleva una amarilla absurda por juego peligroso, y Mateu que quiere ser protagonista del encuentro muestra amarilla a Messi por una mas que suave “protesta” por dicha tarjeta a Piqué, veremos a ver que muestra Lahoz cuando Ramos vuelva a chillarle en la cara.
Una esperanza, un destello, por las ganas que le vemos a Messi de levantar el partido, haciendo diabluras a diestro y siniestro, que nos hace movernos del asiento, y provocando la primera amarilla para Westermann, tercera del partido, y dato importante, porque no transcurren ni 10 minutos de esta falta que hace a Messi (por reiteración encima) cuando tras un balón en pugna con Rakitic, Westermann se desentiende del juego y derriba a Rakitic cuando había ganado la posición y el control del balón. Segunda amarilla y roja, no es protestada siquiera por el propio jugador que se marcha al vestuario. Expulsión absurda, en claro paralelismo con la de Torres en la Champions. Y poco mas de relevancia en la primera mitad, por comentar la amarilla a Alves, en la que suelta la mano pero no le da en la cara como finge el bético Ceballos (ya habrá tiempo para comentar su twitter). Un tiro a puerta en la primera mitad, poco material para un equipo que se está jugando la liga.
En la segunda mitad, aunque levemente, hay más ganas y mejor circulación del balón. Probablemente Luis Enrique haya apretado a los jugadores para que hagan lo posible por ganar (por decir algo) porque tácticamente el equipo está agotado. Aprieta el Barça aunque Suárez no está afinado de cara a portería. Tras esta jugada por fin y para tranquilidad de la afición llega el gol del Barça, centro de Messi (al que se le notan las ganas de querer llevarse la liga), fallo circense del defensa que trata de despejar el balón con una patada de kárate, Adán que había salido a por uvas se traga el balón en otro fallo, y finalmente Rakitic que era el destino original del balón remata a placer. Gol que aporta tranquimazin a la afición, al equipo, y al banquillo.
El banquillo bético como es lógico es el primero en moverse, sustituyendo a Joaquín, que había estado muy desaparecido por Musonda, que hizo un buen papel. Messi tiene un par de buenas combinaciones, está manejando el ritmo del partido desde una posición mas retrasada, distribuyendo y creando peligro en cada balón.
Suárez tiene dos buenas ocasiones de ampliar la ventaja y dar tranquilidad al resultado pero se muestra fallón cuando el gol se mascaba. Y tras intentarlo varias veces Suarez culmina una jugada de (otra vez) Messi, que lanza un pase estratosférico entre la defensa y esta vez Suárez aporta la tranquilidad al resultado. Poco más que añadir en un partido que si no hubiéramos dilapidado la renta de 11 puntos al Atlético no hubiera sido más que un mero trámite.
Partido flojo del Barça que supera gracias a Messi, dos partidos quedan para ganar una liga que debería estar ganada ya. Los análisis al final de temporada, pero estos últimos encuentros me hacen cuestionar duramente a Luis Enrique que no está sabiendo leer los partidos cuando se ponen cuesta arriba, y que en el banquillo tampoco tenemos muchas soluciones para dar cambios de estrategia si un partido necesita otros aires. Tocará reflexión.
Dame Tallarines!: Messi ha cogido el bastón de mando, ha repartido, ha regateado, y lo más importante, se le ha visto que quiere campeonar, y eso, suele significar títulos.
El dedo en el ojo: Westermann se ha ido del partido justamente, pero no ha sido el mas sucio del equipo contrario, donde hay una pugna entre varios jugadores béticos que han repartido de una forma bastante barriobajera: Ceballos y Bruno. Particularmente creo que es un milagro (o cegera parcial transitiva CPT del árbitro) que Ceballos haya terminado el partido.
Testiculina: Suele ser el galardón otorgado al jugador que mas contenido escrotal le pone al partido, y esta vez coincide con el hombre del partido. Messi le ha puesto, además de todo lo anterior, su carácter.