(Permítanme que haga un pequeño prólogo, que a algunos les parecerá a modo de disculpa, aunque no lo sea.)
En el año 2010 voté a Rosell.
En mi haber debo decir que en el 2003 voté a Laporta y en el 2006 le di mi firma en el verano después de la Segunda de París, aunque en el 2008 voté a favor de la Moció de Censura de Giralt/Castellví. Y finalmente en 2015, no voté a Bartomeu.
Y por qué voté a Rosell? Básicamente porque pensaba en ese momento que el Barça realmente había superado los ismos, que tras diez años sin Núñez, y teniendo en cuenta que la propia candidatura de Rosell llevaba a individuos salidos de la candidatura del 2003, los cimientos de un Barça moderno del SXXI ya estaban construídos (de alguna manera pensaba que los habíamos construído entre todos con el cambio del 2003), y que el camino empezado con el Cruyffismo 22 años atrás era ya indiscutible, irrenunciable y de no-retorno…y que esto último estaba más que claro para todo el mundo. Que era sagrado. Y lo pensaba de buena fe, ya que soy de los que piensa que Cruyff es la figura más importante del barcelonismo en sus 117 años de historia. Dicho de otra manera, pensaba que dejando de lado las luchas de egos, debía votar sin dejarme llevar por la visceralidad y que de la misma manera que había apoyado a Laporta siete años antes, podía votar ahora a Rosell, ya que, en definitiva, las diferencias eran de matices. Insisto, de buena fe y pensando que era lo mejor para el Barça.
Obviamente me equivoqué. Al 100%. Cagada histórica.
Por qué digo “Salir del armario”?…pues porque decir que has votado a Rosell y que eres uno de los 35.021 (apuesto que hemos sido insultados más de 35.021 veces en el YoYa) te deja con un marchamo en el cogote para siempre. Los más observadores sabrán de qué hablo, y al respecto debo decir, que me importa un rábano lo que alguien opine de mi por haber votado a Rosell o por haber criticado a Guardiola en alguna ocasión o en más de alguna. Allá cada uno con sus prejuicios. Sé que caigo mal a algunos por ello, pero también me es igual.
Decía Jesús Gil a finales de los años ochenta que al Barça lo podría dirigir hasta la Mona Chita, por aquello del potencial del transatlántico que representaba el club, que una entidad con 100.000 socios podía dirigirse solo; no diré que en el 2010 el club lo podría dirigir la Mona Chita, pero casi…sobretodo teniendo en cuenta que lo dirigió Rosell durante casi cinco años. El caso es que pocas cosas había que tocar en ese mandato, ya que la inercia deportiva del primer equipo permitía ese colchón de comodidad; de hecho el abrazo entre Laporta y Rosell la noche de las elecciones me hizo pensar que, quizás, todo lo que decían algunos agoreros era falso, que lo que criticaron a Rosell durante la campaña Ingla, Ferrer y Benedito era falso, que todo lo que se decía en el YoYa de Rosell era falso,…todo eso era por despecho, pensaba yo. Curiosamente en esas elecciones no se trató la decisión más importante que debería afrontar la directiva que ganara esas elecciones; esa campaña fue fraudulenta porque no se discutió sobre el sustituto de Guardiola…planeaba por todas partes, se intuía, que Guardiola no estaría en el club hasta el 2016, supuestamente año del final del mandato de la directiva entrante, de manera que esa directiva debería buscar el sustituto del entrenador más laureado de la historia de la entidad. Pero en esa campaña, el tema fue tabú. Curiosamente, considero que esa es la única decisión acertada de la Directiva de Rosell; es discutible el momento del anuncio de Tito Vilanova, pero la decisión en si, era la mejor (y única quizás) que podía tomarse. Todo lo demás , lo tocaron y la cagaron. Quiseron dejar huella y metieron la pezuña.
La lista de desprópositos es larga y de todos conocida…el traidor (por cobarde), intolerable y premeditado linchamiento y escarnio público de Cruyff en la Asamblea, la acción de responsabilidad contra Laporta, Qatar, el ninguneo a Unicef, el maltrato sostenido e insidioso a Guardiola (el hecho que Guardiola no sea santo de mi devoción no implica que no le esté enormemente agradecido), el nefasto tratamiento de la publicidad de la camiseta del primer equipo (vean la Rueda de Prensa de hace una año de Bartomeu en la que decía “mínim i garantits 65 milions d´eurus!”) , la vuelta de los criminales Nois a l´Estadi o como mínimo, la vuelta a las relaciones con ellos, la salida poco clara de Abidal, el engaño del fichaje de Neymar y su chuleo porque habíamos robado a Tito Floren el fichaje, el solar en que han convertido la Masia (esto obliga a vender la renovación de Samper como la quinta esencia del modelo de cantera), Espai Barça, el engaño al soci en el asunto de Can Rigalt (aunque no son los únicos responsables), la imagen de club sin recursos para fichar, la clarísima y evidente incomodidad del club a la hora de posicionarse en el tema de la catalanidad (senyeres y disculpas por doquier por querer ser, o quizás debería decir “parecer” demasiado catalanistas), la nula influencia en la UEFA … y así hasta lo que ustedes quieran.
Hay otra lista, que es la de la vergüenza ajena, en la que podemos poner hechos que no tienen la gravedad de los anteriores, pero que a mi me ponen especialmente nervioso y de mala uva: las churri-amenazas de Bartomeu a los que quieren hacer daño a Messi, la penosísima campaña de apoyo a Messi, la recuperación “l´ofrena” a la Mercè de las narices con el Nietísimo a la cabeza (disculpas de antemano a los yoyacreyentes), la foto de Bartomeu vestido del Grupo IFA-Apañó de baloncesto con cara de empanado, la opinión que le merece Florentino Pérez a Rosell según explica el mismo Rosell en su libro “Benvingut al Món Real”, el servilismo del Colaboracionista Rosell hacia uno de los tipejos que más daño ha hecho al barcelonismo robando al traidor portugués (aunque al final como se demostró posteriormente, el club se puso “bien”, ya que fue un traspaso puro y duro, para ahorrar unas pesetillas al mafioso constructor), la nula influencia en la UEFA y las burlas de Bartomeu a un delegado del ente europeo en lo referente a la Sanción FIFA y así hasta lo que ustedes quieran.
Pero de la misma manera que el 1 de Noviembre de 1899 ha quedado para la historia, el 11 de Julio de(l) (asqueroso) 2016, pasará a las historia como el día en que el Barça se convirtió en un delincuente por culpa de dos personajes que tienen la cara más dura que el mármol. Dos negligentes que a estas horas ya deberían estar expulsados del club, o como mínimo (pero muy mínimo) haber dimitido por incapaz e incompetente el que sigue sentado en su sillón.
Señores Rosell y Bartomeu (incluyo a Bartomeu porque durante seis meses dirigió el Barça, gracias a la parte alicuota que supone mi voto del 2010), sepan ustedes que han hecho un mal uso de mi voto. Me han fallado, me han follado y se han reído en mi cara.
Visca el Barça!